Para el aficionado al baloncesto, la mejor semana del año es la última de octubre, porque la canasta siempre vuelve a casa en esas fechas. Empieza la NBA, la mejor liga de baloncesto del planeta, en una temporada con atractivos renovados y siete jugadores de nacionalidad española, la cantidad más alta de la historia. ¿Qué podemos esperar de la temporada de cada uno de ellos?
Pau Gasol (Chicago Bulls)
El referente del baloncesto español estrena la camiseta de los Chicago Bulls, franquicia histórica en la que las aspiraciones son máximas. Tras varios años decepcionantes en los Lakers, lejos el equipo de aquel que fue bicampeón con el '16', Pau forma parte de nuevo de un equipo que tiene opciones reales de ganar el campeonato.
No será fácil para los Bulls, máximos rivales en la conferencia Este de los nuevos Cleveland Cavaliers de LeBron James y Kevin Love, quizá el gran atractivo de la competición. Chicago cuenta con un notable juego interior, reforzado por Gasol y Mirotic, y con la que puede ser la mejor defensa de la NBA. Pero la gran incógnita es Derrick Rose.
Quien fuera MVP de la competición en 2011 lleva dos años sin haber jugado más que una decena de partidos. El base dio buenas sensaciones en la pretemporada, pero se mantiene la duda de si su estilo de juego, muy físico, cambiará tras dos operaciones de rodilla. Este año podrá apoyarse en Gasol, un nuevo foco de anotación para un equipo siempre competitivo con el técnico Thibodeau, pero a veces falto de inspiración para ver aro.
Gasol arreglará eso, y los Bulls solucionarán los problemas que el catalán había tenido para motivarse en un equipo mediocre en los últimos años. Un trato perfecto para ambos. Pau Gasol, el mejor jugador que ha tenido el baloncesto español, vuelve a estar ilusionado.
Marc Gasol (Memphis Grizzlies)
Si Pau estrena aires, Marc sigue en su franquicia de siempre, unos Memphis Grizzlies donde el mediano de los Gasol es una institución. Los Grizzlies mantienen un núcleo liderado por Marc, Zach Randolph y Mike Conley, sin grandes estrellas pero con mucho baloncesto.
Igual que con los Bulls, la defensa es la seña de identidad en Memphis, y ahí Marc es el bastión del equipo. Elegido Defensor del Año en 2013, Gasol disfruta de una gran reputación entre la prensa americana, quizá inlcuso más venerado que en España. Hace tiempo que su inteligencia y comprensión del juego han conquistado a los ojos, expertos o no, de la gran liga estadounidense.
Memphis tiene para esta temporada un bloque sin demasiadas novedades y cuyo principal riesgo es la extrema competitividad de la conferencia Oeste, temible un año más.
Serge Ibaka (Oklahoma City Thunder)
Bien sabe el hispanocongoleño Ibaka de la dureza del Oeste. Su equipo, los Oklahoma City Thunder de los fantásticos Kevin Durant y Russell Westbrook, solo ha podido salir una vez victorioso de los durísimos playoffs del Oeste, y aun así no consiguieron llevarse el anillo. El año pasado los Spurs, campeones a la sazón, les eliminaron en la final de conferencia.
Además los Thunder empezarán el curso con la ausencia durante las primeras semanas de Kevin Durant, MVP de la pasada temporada, lo que obligará a un esfuerzo extra de Ibaka en ese tramo. El jugador africano llegó a la NBA con un físico extraordinario y una capacidad ilimitada para taponar tiros. Con el tiempo y con trabajo, ha ido evolucionando a una pieza decisiva para uno de los candidatos al título.
Oklahoma City necesita que dé otro paso hacia adelante este año en ataque para imponerse a los interminables Spurs y a los ambiciosos Clippers. No bastan los 15 puntos por partido que Ibaka anotó el año pasado: en este, además de multiplicarse en defensa, está olibgado a involucrarse más en ataque.
Ricky Rubio (Minnesota Timberwolves)
Los Timberwolves reiniciaron el reloj este verano. Su gran estrella, Kevin Love, no iba a renovar el contrato que le unía a Minnesota hasta esta temporada, por lo que la franquicia decidió traspasarle a los Cleveland Cavaliers. El botín es suculento: Andrew Wiggins, número uno del último draft, y Anthony Bennett, número uno del penúltimo draft, además de Thaddeus Young, un buen jugador.
A medio y largo plazo, el equipo de Ricky Rubio se puede congratular del traspaso. Pero el movimiento también significa que este año serán un equipo mediocre, en el mejor de los casos, o malo. Para Rubio es un cambio en el guión, ya que de repente se encuentra como uno de los jugadores más experimentados dentro de un conjunto muy joven.
Es, además, su último año bajo contrato con Minnesota, enquistado en unas negociaciones en las que franquicia y jugador difieren por bastante. Terminar contrato significa que hay muchas cosas que probar. La que más, el tiro, el defecto recurrente del mágico Rubio, que este año tiene que dar su mejor cara en un equipo que perderá más de 50 partidos.
José Manuel Calderón (New York Knicks)
Nuevos aires para Calderón, también ilusionantes a su manera. No es que, como Pau Gasol, haya caído en un 'contender', un aspirante al título; se ha ido a una franquicia aun más relevante. Los Knicks, el equipo de Nueva York, son el nuevo destino del base extremeño, una franquicia muy mediática, siempre desquiciada y que nunca para de dar que hablar.
Phil Jackson llegó el año pasado como director general y uno de sus primeros movimientos ha sido contratar a Derek Fisher como entrenador, su primera experiencia en un banquillo. Calderón será la mano de Fisher en la cancha, en un equipo que cuenta otra vez con Carmelo Anthony, temible anotador, como mejor jugador, y que aspira a intentar dar la sorpresa en la conferencia Este.
Nikola Mirotic (Chicago Bulls)
Compañero de Pau Gasol, Mirotic completa el juego interior de los Bulls junto al propio Pau, Joakim Noah y Taj Gibson. Aunque tiene una dura competencia, el montenegrino tendrá minutos de calidad en su primera temporada en la liga, gracias a su enorme talento ofensivo y su capacidad para ver aro desde la posición de ala-pívot. Tendrá que trabajar en defensa, donde a los novatos, y más en posiciones interiores, siempre les cuesta adaptarse a la NBA.
Víctor Claver (Portland Trail Blazers)
La historia más pesimista dentro de los españoles en la liga es la de Víctor Claver, jugador marginal dentro de los Portland Trail Blazers. En lo que puede ser su último año en la NBA –termina contrato y si no juega es difícil que una franquicia apueste por él–, Claver ha empezado jugando solo 22 minutos en toda la pretemporada. Una señal muy negativa para un jugador que no se puede permitir esperar más: necesita minutos de juego ya.