Además de mirar a los banquillos (el torneo galo contará con la presencia de hasta seis técnicos españoles al frente de otras tantas selecciones, un cuarto de los equipos participantes en el campeonato), el aficionado que quiera disfrutar del mejor balonmano del planeta en este Mundial de Francia no deberá perder de vista a las estrellas de más fulgor.
Cinco nombres a subrayar en un campeonato en el que España se quiere desquitar del sonrojo de no estar en los Juegos de Río con una presencia en el podio que le exigirá ser más regular que en los últimos tiempos y exprimir el derroche de coraje que suele caracterizar a los 'Hispanos'.
Mikkel Hansen (Dinamarca): El gran héroe de la Dinamarca que se bañó en oro en Río, hablamos probablemente del mejor jugador del mundo. Desechado en su juventud por el Barcelona, su madurez ha forjado un balonmanista casi imparable. Físicamente portentoso y con un gen competitivo extraordinario. Hombre orquesta de un equipo que se aferrará también al pulpo Niklas Landin en la portería.
Thierry Omeyer (Francia): Enemigo íntimo del balonmano español y ya un clásico básico de este deporte. Guardameta infranqueable si entra en trance, su talante malencarado engancha a los suyos y desespera a los rivales. Francia, local y a la sazón gran favorita, dependerá de él tanto como de Karabatic o Narcisse. Metido ya en la cuarentena, quizá esté ante su último gran campeonato.
Uwe Gensheimer (Alemania): En un conjunto tan coral como el germano, el talentoso extremo, con casi 130 internacionalidades en su haber, es uno de los nombres más reconocibles. Fichado a golpe de talonario en su día por el París Saint-Germain, forma la columna vertebral de un equipo correosísimo junto a Kai Häfner, Patrick Groetzki y un par de guardametas formidables.
Joan Cañellas (España):
Domagoj Duvnjak (Croacia):
Además de ellos, nombres como el del bombardero macedonio Kiril Lazarov, el del genial islandés Aron Pálmarsson o los del dúo esloveno Kavticnik-Dolenec capitalizarán el foco de un torneo que condensará como pocos la emoción hasta el 29 de enero.