Desde su retiro momentáneo y dorado en Nueva York, Pep Guardiola ha provocado un seísmo político de consecuencias incalculables. O todo queda en una guiño más hacia la independencia de Cataluña de los muchos que ha emitido en los últimos años el exentrenador del Barcelona o, en el peor de los casos, esa postura podría llegar a afectar incluso a la convivencia en el seno de la selección española.
El martes, con motivo de la celebración de la Diada de Cataluña, las organizadores emitieron por las pantallas gigantes instaladas en el recorrido de la manifetación una imagen de Guardiola con una cartulina verde y el siguiente mensaje: "Aquí tenéis un voto más para la independencia". Apenas 24 horas más tarde, Alfonso Pérez, exfutobolista de Real Madrid y Barça, entre otros clubes, le respondió en Twitter: "Decepcionantes declaraciones de Guardiola, con lo que él ha significado como jugador y entrenador del futbol español. ¿Se alegrará de los éxitos de la Selección? Ya tengo mis dudas. Decepción total".
Curiosamente, Guardiola y Alfonso defendieron el escudo de la selección española en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y, junto con el resto de compañeros, se proclamaron campeones y, por tanto, se colgaron la medalla de oro, un éxito que ni antes ni después se ha vuelto a repetir. El exjugador y ahora técnico vistió 47 veces la camiseta roja y anotó cinco goles como internacional.
La polémica estalla apenas una semana después de que Casillas y Xavi hayan sido premiados con el Príncipe de Asturias de los Deportes, precisamente por fomentar la convivencia que, fruto de los enfrentamientos Real Madrid-Barça, se vio amenazada en la selección española.