El Comité Olímpico Internacional, cuya Comisión Ejecutiva se reunió este martes por conferencia telefónica, ha decidido posponer hasta el próximo fin de semana su decisión sobre la posible exclusión de Rusia de los Juegos Olímpicos.
"En relación con la participación de los deportistas rusos en los Juegos de Río, el COI evaluará cuidadosamente el informe (McLaren) y explorará las opciones legales relacionadas con una exclusión colectiva de los deportistas rusos de los Juegos frente al derecho a una justicia individual", anuncia el COI en un comunicado.
"A este respecto", añade, "el COI tendrá en cuenta la resolución del TAS del 21 de julio sobre las reglas de la IAAF, así como el Código Mundial Antidopaje y la Carta Olímpica".
Con este aplazamiento, el COI espera a la resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que comenzó este martes a estudiar el recurso interpuesto por los atletas rusos contra la prohibición de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), que les impide participar en los Juegos Olímpicos de Río.
La vista del TAS, que fue trasladada en el último momento de Lausana a Ginebra, estudiará la solicitud de 68 atletas rusos, entre ellos la zarina de la pértiga, Yelena Isinbáyeva, que intervendrá en representación de sus compañeros.
Entre tanto, una comisión de investigación del COI estudiará todos los aspectos relacionados con el caso, particularmente los legales que incidirían en una eventual suspensión total de los deportistas rusos, así como el tratamiento que se ha de dar a quienes están "limpios" de dopaje.
La conferencia telefónica de la Ejecutiva del COI versaba sobre las medidas que se han de adoptar con los deportistas rusos a la vista del Informe McLaren, encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Según dicho informe, hecho público este lunes por el abogado canadiense Richard McLaren, el Estado ruso promovió un sistema de dopaje en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi (2014) para encabezar el medallero.
Según indicó McLaren este lunes en una comparecencia de prensa en Montreal, el sistema de supuesto dopaje "permitía transformar un resultado positivo en negativo (de una análisis antidopaje)" bajo la supervisión del Ministerio de Deportes de Rusia y el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).