A finales de julio escribí un artículo sobre la llegada del Tata Martino al banquillo del FC Barcelona. “Lillo, un entrenador LOGSE para el Barça” se tituló. En estos días Juanma se marcha para coger al Millonarios de Bogotá. Ojalá tenga el éxito que se merece este extraordinario y fuera de serie (en todos los sentidos) entrenador. Pero quiero centrarme en Martino. Esa alusión la he hecho simplemente para recordar que, en principio, carezco de prejuicios en cualquier sentido sobre el Tata. Pero me indigna el mal trato al que se le está sometiendo desde posiciones periodísticas.
Allá por los años setenta, un tal Stefan Kovacs llegó al banquillo del espectacular Ajax de Amsterdam que había forjado el inolvidable Rinus Michels. El rumano Kovacs, entre las muchas confesiones que hizo en su libro Fútbol Total, dejó una que, más o menos, sostenía que su objetivo era introducir en el gran equipo holandés algunos conceptos y actitudes que hicieran su juego más flexible, más imprevisible. Los rivales, muy sorprendidos al principio por los constantes intercambios de pases y posiciones y por la agresividad presionante de los jugadores del Ajax, podrían –según opinaba Kovacs- encontrar antídotos contra el brillante pero monorrítimico juego de sus pupilos. Muy mal no le salió la idea al rumano, al parecer, dado que los holandeses siguieron ganando campeonatos de todo nivel, y sólo empezaron a resquebrajarse cuando se produjo el éxodo millonario de sus formidables figuras.
Como escribí en julio, ignoro cómo ha sido el proceso de la contratación de Gerardo Martino por los catalanes, si ha sido o no primer plato. Pero en lo que coincide con Stefan Kovacs es con su proclama de dotar de variantes tácticas al excelente FC Barcelona que ha heredado. Creo que es muy loable intención. La sorpresa, la flexibilidad, es un elemento táctico esencial. Martino no ha cuestionado el modelo general de juego. Sigue pidiendo balón al suelo, movilidad, precisión, agresividad ofensiva y defensiva. Pero se le ataca ahora con cierta saña, pese a haber ganado ya la Supercopa española y de ir viento en popa tanto en Liga de España como en las competiciones europeas. El FC Barcelona ha empeorado, dicen. De momento, parece que las clasificaciones no dicen exactamente eso…
En cualquier caso, y aún si la espectacularidad del juego barcelonista se hubiera resentido algo, yo les diría que en el apogeo barcelonista hubo dos jugadores especialmente intocables. En determinados entornos he detectado un indisimulado empeño por destacar a Piqué, Xavi Hernández y Andrés Iniesta. Formidables jugadores, sin duda alguna. Cruyff llegó a decir aquello de “…puedo encontrar muchos Messi, pero no se dan jugadores como Iniesta”. Ya, ya. Lo malo es que los entrenadores del equipo, tanto Guardiola como Vilanova, dijeran lo que dijeran públicamente, solamente tenían a dos insustituibles: Carles Puyol y Lionel Messi. Y que cuando, por lo que fuera, faltaba uno de ellos, el rendimiento del equipo bajaba. Cuando faltaban los dos -¡oh, casualidad!- el bajón era más que notable.
Lógico, dado que son dos jugadores excepcionales. Las ausencias de Piqué, Iniesta y Xavi no eran, ni de lejos, tan determinantes. Sus entrenadores incluso les daban puntuales descansos. Nunca se los dieron al capitán ni al pequeño argentino. Por algo sería. ¿Será cierto eso que se oye de cuando en cuando sobre que en el entorno barcelonista más intransigente “todo lo que huela a catalán o a holandés tiene prebendas"? Sí, sí, ya sé que Puyol es catalán, pero tampoco hay que olvidar que tuvo algo más que un pie fuera del club, años ha, por el motivo de que no se le consideraba suficientemente refinado, no era un jugador con sello Masía. Menos mal que no le echaron… Muchos puntos han ganado gracias a finalmente no prescindir del patito feo y brusco.
Hace muy poquito Carles Rexach –una persona peculiar, con una inteligencia fuera de lo normal y de la que se dice que sería un entrenador sensacional…si no fuera tan “bon vivant”- ha dicho en 'AS': “Con Messi en el equipo, tropiezos como el de San Mamés no habrían sucedido”. Va a ser verdad que Rexach ve más lejos o ve más claro o tiene menos ganas de vender motos que muchos.
¿Tendremos un Messi supremo por muchos años o ha entrado en hartazgo y desidia? ¿Volverá el Gran Capitán Puyol a ser el impresionante defensa que ha sido durante tantos años? ¿Retomarán Iniesta y Xavi el vigor y el hambre de títulos que quizá han menguado? No lo sabemos. Guardiola, por cierto, pienso que sí llegó a una conclusión y tomó una sabia decisión, hace dos años. Siempre ha sido un hombre inteligentísimo. Supongo que Gerardo Tata Martino también lo es. Y lo va a necesitar. Porque salir adelante en ese entorno, y siendo tan injustamente acosado no es fácil. Ojalá lo consiga.