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"¿Armstrong? Romper los sueños de la gente no me excita en sí mismo"

El director ejecutivo de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), Travis Tygart, denuncia en L'Equipe haber recibido amenanzas de muerte tras sancionar de por vida a Armstrong y revela que llamó al ciclista para proponerle "buscar una solución, colaborar. Si hubiera aceptado, no habría perdido todos sus títulos del Tour porque habríamos tenido en cuenta su buena voluntad".f

El director ejecutivo de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), Travis Tygart, afirma que ha recibido amenazas de muerte desde que ese organismo sancionó a perpetuidad y desposeyó de sus títulos desde 1998 al exciclista estadounidense Lance Armstrong.

"El caso Armstrong me ha valido amenazas de muerte. He recibido tres, de iniciativas individuales, creo. Es el FBI el que se ocupa de eso", señala Tygart en una entrevista publicada por el diario L'Équipe. Desde el cuartel general de la USADA en Colorado, un fortín protegido por intensas medidas de seguridad, puertas blindadas y cámaras de vídeo, Tygart explica que no es la primera vez que reciben ese tipo de presiones. "Antes era un sitio con las puertas abiertas. Pero el caso BALCO -que provocó la sanción de atletas como Marion Jones o Tim Montgomerie- lo cambió todo. Por primera vez, recibimos amenazas de muerte", recuerda Tygart en referencia a aquel escándalo de dopaje de 2004 relacionado con el consumo de tetrahidrogestrinona (THG) en EEUU.

El hombre que ha terminado con Armstrong, un icono del deporte de 40 años que cuenta en su palmarés con siete títulos de campeón del Tour de Francia y que impulsa una conocida fundación contra el cáncer, no ha buscado ensañarse con el tejano, dice. Si hubiera colaborado con la investigación, el exciclista podría haber recibido una sanción menos dura. Pero prefirió seguir negando las prácticas dopantes sistemáticas constatadas por la USADA. "Me encanta el deporte. Romper los sueños de la gente no me excita en sí mismo", dice Tygart, quien recuerda que habló dos veces con Armstrong por teléfono para ofrecerle que ayudase en la investigación a cambio de una condena menos severa. "Le propuse buscar una solución, colaborar. Si hubiera aceptado, no habría perdido todos sus títulos del Tour porque habríamos tenido en cuenta su buena voluntad. Al día siguiente, nos atacó a través de la justicia para cuestionar la constitucionalidad de nuestra investigación", recuerda. "Algunos me creen un radical de izquierdas, otros me suponen de extrema derecha. Pero la ética no es ni republicana ni demócrata", subraya el responsable de la agencia antidopaje estadounidense.

El pasado agosto, la USADA le sancionó de por vida y le retiró todos los títulos logrados desde 1998, un dossier que ese organismo transmitirá a la Unión Ciclista Internacional (UCI) "a finales de mes", señaló. Para aplicar esa sanción, Tygart se ha basado en la ley estadounidense, que elimina la prescripción del delito si se prueba que el deportista acusado influyó a los testigos que podían evidenciar su culpabilidad a lo largo de esos años, si ocultaba pruebas o si miente bajo juramento. "En el fondo, es una práctica legítima: para los atletas limpios, poco importa esa historia del calendario. Los tramposos deben ser perseguidos. Punto final", dice.

Otro de los flecos que le quedan a la USADA es el caso del director ciclista Johan Bruyneel, responsable del equipo RadioShack y estratega inseparable de Armstrong durante sus años victoriosos. El belga, perseguido por alimentar esa estructura de dopaje de la que se beneficiaba Armstrong, se ha acogido a una posibilidad que ofrece la USADA, que pasa por decidir sobre la sanción en un proceso abierto con tres jueces, similar al que también emplea el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). "No sé bien lo que espera, tiene todas las de perder. ¿Ganar tiempo? ¿Beneficiarse de la inercia del sistema? Será interrogado antes de final de año. La audiencia será pública. Armstrong puede ser escuchado como testigo, bajo juramento, como el resto, como el resto".

La USADA da por establecido que Bruyneel formaba parte de esa estructura fraudulenta, como los médicos españoles Pedro Celaya Lezema y Luis García del Moral, el entrenador Pepe Martí y el asistente médico italiano Michele Ferrari, todos ellos sancionados de por vida.

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