El martes 2 de julio Turquía se certificó como una de las sensaciones de esta Eurocopa al lograr el pase a cuartos de final después de derrotar a Austria con un ajustado 1-2. Después de hacer una notable fase de grupos, logrando 6 de los 9 puntos posibles, la Turquía de Arda Güler da un golpe sobre la mesa al clasificarse para esta ronda, lo que genera una pequeña coincidencia que da motivos para sonreír a los aficionados de España.
Los turcos, además, en esto no son primerizos, pues ya es la tercera vez en su historia que llegan hasta esta ronda. La primera vez que los otomanos alcanzarían esta ronda sería en el año 2000, en la Eurocopa que se celebraba en Países Bajos y Bélgica y que se acabaría llevando para sus vitrinas la selección de Francia. Y la segunda vez, la anterior a la de este año, sería en el año 2008, en la Eurocopa que se disputó en Austria y Suiza y que nos trae buenos recuerdos ya que la ganó España, iniciando así ese ciclo tan dominante y ganador de la Roja que se prolongó hasta 2012 revalidando la Eurocopa, ganando entremedias el Mundial 2010.
Las casualidades no existen... ¿o sí?
Lo cierto es que a veces en el fútbol, como en la vida, tenemos que intentar aferrarnos a casualidades o señales del destino que nos pueden indicar qué puede suceder. Y es que, como hemos dicho, la última vez que la selección turca llegó a unos cuartos de final fue en 2008, donde acabaríamos saliendo como campeones.
También hay que recordar que aquella Turquía no se quedó ahí, sino que llegó hasta las semifinales tras haber eliminado a Croacia en los cuartos de final en una agónica tanda de penaltis. Sería luego Alemania -nuestro rival en la final de aquella Euro y nuestro rival este viernes- quien le acabaría eliminando en el último suspiro, con un gol en el minuto 90 para acabar el partido 3-2. Lo cierto es que aquella Turquía, con actuaciones destacadas de Altintop o Sentürk entre otros, siempre quedará grabada en la memoria de todo amante del fútbol.
Otras coincidencias con aquella Eurocopa
Es importante dejar claro que estas casualidades nunca suponen nada, pues al fútbol se juega con los pies y no con el 'destino'. Pero sí que está bien tenerlo en cuenta para tener algo más a lo que agarrarte que el propio fútbol. Porque, a fin de cuentas, la vida también es esto; ilusión, inocencia, creer hasta el final. Y, como hemos dicho, hay más coincidencias con aquella Eurocopa:
- Ambas finales se juegan en un estadio olímpico: En 2008 la final se disputaría en el estadio olímpico de Vienna, el Ernst Happel Stadion, donde se reunirían más de 50.000 almas para ver un partido en el que España sumaría su segunda estrellita continental. Y este año, el partido por el título de la Eurocopa 2024 se celebrará el domingo 14 de julio a las 21:00 horas en el Estadio Olímpico de Berlín.
- En ambas Eurocopas hicimos 9/9 puntos en fase de grupos: En el 2008, nos clasificaríamos como líderes absolutos de nuestro grupo al lograr los 9 puntos posibles, ganando los tres partidos por 4-1 ante Rusia, 1-2 contra Suecia y 1-2 frente a los Griegos. Y este año, otra vez, hemos vuelto a hacer 9/9 puntos. Y este año lo hemos vuelto a hacer tras derrotar a Croacia, Italia y Albania. Cosa que no hicimos ni en 2012 (7 puntos), ni en 2016 (6 puntos), ni en 2021 (5 puntos).
En definitiva, que con la clasificación de Turquía a los cuartos de final de la Eurocopa 2024, no podemos evitar recordar la última vez que lograron tal hazaña, en 2008, el mismo año en que España se coronó campeona.
Hoy, dieciséis años después, la selección española se presenta con fuertes argumentos para repetir aquella gesta. El equipo, liderado por jóvenes talentos como Nico Williams y Lamine Yamal, combina a la perfección la experiencia de veteranos como Dani Carvajal y el capitán Morata, quienes aportan liderazgo, ataque directo y solidez defensiva.
Además, el juego de España ha evolucionado con una creatividad y fluidez que desborda a sus rivales, sustentado en una posesión dominante y vertical, además de una presión alta que asfixia a los contrarios. La profundidad del banquillo y la capacidad de adaptación táctica de nuestro entrenador, Luis de la Fuente, permiten soñar con otro título. Con una mezcla de habilidad, experiencia y hambre de victoria, España tiene motivos de sobra para creer en un nuevo campeonato.