Convertida en una de las zonas vitivinícolas más prestigiosas de España, Cariñena, en la provincia de Zaragoza, se ha convertido en un lugar de peregrinación de todo aquel al que le guste el vino y todo lo que gira alrededor de él. Sus diez millones de cepas asentadas en suaves llanuras y lomas, hacen de esta región un lugar perfecto para disfrutar del enoturismo, pero también para recorrer sus alrededores y disfrutar comiendo y bebiendo en cada uno de sus rincones.
Recorriendo la comarca
El histórico y rico patrimonio histórico-artístico de Campo de Cariñena ya es un motivo en sí mismo para ir a visitar esta zona. Gótico, mudéjar, renacentista o barroco, son algunos de los estilos que se pueden encontrar en sus edificios y templos. Sin embargo, Cariñena tiene mucho más que contar.
El vino en el centro de las miradas
Cariñena, además de ser la capital de la comarca, es también la sede de la Denominación de Origen Cariñena, habiendo sido en su día la primera D.O. de Aragón en ser reconocida y una de las primeras de España. Por eso, una de las primeras visitas que debe hacer todo aquel que se desplace hasta Cariñena es visitar su Museo del Vino, un lugar en el que adentrarse en todo el proceso de elaboración de una de las bebidas fermentadas que más nos representan a nivel internacional.
El recorrido del vino
Conocida como Ruta del Vino de las Piedras, la Ruta del Vino Campo de Cariñena, es un recorrido que aúna hasta cuarenta establecimientos ubicados en las trece localidades que forman parte de su Denominación de Origen: Aguarón, Aladrén, Alfamén, Almonacid de la Sierra, Cariñena, Cosuenda, Encinacorba, Longares, Mezalocha, Muel, Paniza, Tosos y Villanueva de Huerva, son todos y cada uno de los lugares en donde profundizar en el enoturismo, la cultura y la gastronomía de la zona a través de diferentes actividades.
Conociendo el entorno
Los amantes del senderismo, del turismo micológico o para cualquiera que quiera dar un paseo y disfrutar de su entorno natural y vitivinícola, deben acercarse hasta Sierra de Algairén y la zona del Valle del Huerva. Estas dos áreas están llenas de una riqueza botánica y ambiental que las hacen imprescindibles.
Profundizando en la cultura
En la villa Muel se pueden realizar cursos de alfarería, con el objetivo de mantener viva una tradición que ha sido el modo de vida de muchos trabajadores de la zona. Para los apasionados de la cultura no puede faltar una visita a la casa en la que nació y vivió el pintor Francisco de Goya, en Fuentedetodos.
Viviendo el vino
A Cariñena hay que ir el día de la Fiesta de la Vendimia, una celebración cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, cuando se llenaban dos fuentes -una de vino tinto y otra de blanco- con motivo de la visita de los monarcas. Por este motivo, un día al año desde los años sesenta, la Fuente de la Mora que preside la plaza del Ayuntamiento de esta villa emana por sus caños el vino del pisado tradicional de la uva que realizan los vecinos en época de vendimia. También, desde 1984, esta fuente es la protagonista de la Fiesta de San Valero, en cuyos alrededores se deposita el roscón que se reparte a los asistentes.
Por supuesto, también se puede -y debe- ir a visitar alguna de las 32 bodegas que forman parte de la D.O. Cariñena. A lo largo del recorrido por cada una de estas bodegas se podrá aprender sobre el proceso de elaboración, desde que se plantan las parras hasta que se embotella el vino, conocer la importancia de los terruños y su composición además del clima, para la calidad y los sabores de estos caldos o los mejores platos de cocina local con los que maridarlos.