Cayetana Rivera, de 19 años, ha recibido el susto de su vida mientras se encontraba de viaje solidario en Ghana, África, con la ONG ‘Yes We Help’, previo pago de 1.500 euros, tras volver a suspender la selectividad. La hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo tuvo que ser evacuada de la zona al ser amenazada en plena noche por tres guerrilleros armados en el campamento situado en la localidad de Winneba, a casi dos horas de la capital.
Su padre, el torero ha explicado que su hija está a salvo: “Tana está bien gracias a Dios, pero ha sido un fraude. Es una pena que ocurran este tipo de cosas con fines solidarios”, ha señalado en la revista ‘Corazón’.
Tanto Tana Rivera como el resto del grupo han tenido que abandonar el país escoltados por la policía de Ghana después de que el pasado martes tres funcionaros de la cárcel local irrumpieran en su residencia amenazando a todos aquellos que encontraban a su paso, según informa ‘La Vanguardia’.
Los hombres armados les reprocharon que su comportamiento no era adecuado y les amenazaron con arrestarlos diciéndoles que la embajada española no tenía potestad sobre ellos. Fue entonces cuando cundió el pánico en el grupo, donde se encontraban menores de edad. Uno de los jóvenes grabó este desagradable incidente con su móvil.
Los jóvenes voluntarios contaron lo ocurrido a sus padres y estos llamaron a la embajada española en Ghana. Fue entonces cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores se coordinó con la encargada de Negocio de la embajada y la policía local del país se instaló en el campamento para escoltar y llevarse a todos los voluntarios a Accra, entre los que se encontraba la nieta de la desaparecida duquesa de Alba Tana.
La embajada española se encargó de protegerlos en su viaje de vuelta aunque también les ofreció la posibilidad de quedarse bajo su responsabilidad. Tanta Rivera y gran parte de su grupo decidieron regresar a España y fueron escoltados hasta el aeropuerto, donde les esperaban trabajadores de la embajada española para custodiarlos hasta que cruzasen el control de seguridad.
La hija de Fran y Eugenia aterrizó sana y salva en Madrid el pasado jueves, después de verse obligada a despedirse de un voluntariado que ha resultado ser “un fraude”, según las propias palabras de su padre.
