Algunas ciudades europeas son perfectas para recorrerlas sobre dos ruedas. Planas y accesibles, se convierten en destinos curiosos para todos aquellos que quieran hacer turismo en bicicleta y sostenible. Mimetizarse con el ambiente y vivir como un local también forma parte de esta manera de conocer el mundo que, además, es de bajo coste y cero emisiones.
Ámsterdam
Convertida en la ciudad de las dos ruedas por excelencia, Amsterdam cuenta también con una gran oferta de turismo en bicicleta. Mimetizarse con el ambiente y los locales es realmente sencillo en el momento que se alquila uno de estos vehículos tanto para conocer la ciudad como para visitar los pueblos de los alrededores si se está preparado para un recorrido considerablemente más largo. Otra de las alternativas es cogerse un tren, bicicleta incluida, y lanzarse a conocer el resto de ciudades del país a golpe de pedal, como Utrecht, Rotterdam o La Haya.
Copenhague
Considerada una de las ciudades en las que mejor se vive de Europa, Copenhague se ha convertido en un destino sinigual por su alta gastronomía, su reconocible arquitectura y su firme apuesta por la sostenibilidad hasta el punto de que está tratando de convertirse en la primera capital neutra en carbono antes de 2025. Visitarla sobre dos ruedas es muy sencillo puesto que cuenta con más de 1000 bicicletas gratuitas que permiten a turistas y lugareños explorar los más de 385 kilómetros de carriles y caminos exclusivos para conocer la ciudad sobre dos ruedas. No hay que olvidar visitar, además de la estatua de la sirenita, Christiana, una ciudad independiente y con leyes propias dentro de Copenhague.
Berlín
La capital alemana cuenta con una de las tasas más altas de desplazamientos en bicicleta del mundo. Y es que, no solo permiten recorrer la ciudad de una manera cómoda, si no también cada uno de los parques, jardines y bosques que pueblan sus alrededores con más de 620 kilómetros de caminos destinados para ello. Cruzar la Puerta de Brandenburgo, el Tiergarten o recorrer el Muro de Berlín a pedaladas son algunos de los maravillosos lugares que no hay que dejar de visitar en un viaje a Berlín.
Praga
El río Moldava y el Puente de Carlos son dos de los grandes atractivos de la ciudad de Praga, además de su precioso casco histórico y ese castillo que corona desde lo alto y vigila la ciudad. Cada uno de estos rincones pueden ser recorridos tanto a pie como en bicicleta, posicionándose esta segunda opción como una de las más atractivas para los nuevos viajeros. Y es que, el turismo en bicicleta en la ciudad de Praga permite hacer visitas arquitectónicas y culturales únicas.
Viena
Los amantes del turismo en bicicleta no pueden dejar de visitar Viena, otra de esas ciudades perfectas para conocer en profundidad sobre dos ruedas. A lo largo del Danubio, el visitante y el ciclista cuenta con 1660 kilómetros de rutas y carriles adaptadas para ellos, además de que en la ciudad es muy cómodo utilizarlas para moverse. Como curiosidad, cabe destacar que, el 30% de la energía utilizada en Viena procede de fuentes renovables, por lo que moverse en este medio de transporte significa seguir sumando hacia una economía verde.
Hamburgo
Con uno de los puertos más bonitos, impresionantes e importantes del mundo, la ciudad de Hamburgo se posiciona como un destino sinigual para los amantes de los barcos, pero también de los ciclistas y turistas a los que les gusta disfrutar de estas vistas desde la orilla. La vida en bicicleta recorre las calles de esta preciosa ciudad alemana, pero también los alrededores del río Elba, las marismas de Altes Land o el lago Alster, que permiten visitarla entera desde su casco histórico hasta los alrededores sin bajarse de este medio de transporte.
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Cogerse un tren en los países bajos es regresar 70 años en el tiempo. Eso por no contar el precio, y el tiempo espantoso que hace en este país.