Salma Hayek se suma a la lista de mujeres que han denunciado haber sido acosadas por el productor de Hollywood Harvey Weinstein en la que están: Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Uma Thurman, Rose MacGowan, Ashley Judd, Cara Delevigne, Cersei Lannister, Lupita Nyong'o, y otras mujeres menos conocidas.
La actriz mexicana, de 51 años, ha desvelado en una columna escrita en ‘The New York Times’, el infierno que sufrió cuando trabajó en el año 2000 con Harvey Weinstein, de 65 años, durante el rodaje de la película ‘Frida’, un proyecto personal de la actriz que narra la vida de la pintora mexicana Frida Kahlo, en la que ella era la protagonista y él, el productor.
Hayek confiesa que en un primer momento pensó que su testimonio no era necesario puesto que ya había suficientes mujeres que habían desvelado sus historias de acoso y abusos y no creía que su historia fuese a cambiar nada. Al final se dio cuenta de que contarla sería el único modo de “resolver” ese “capítulo” de su vida, que pensó “que había superado “pero sólo “me había lavado el cerebro a mí misma, convenciéndome de que ya se había acabado y que había sobrevivido”.
La actriz continúa dando explicaciones: “La verdad es que intentaba protegerme del desafío de explicarle varias cosas a mis seres queridos: por qué, cuando mencioné de manera casual que había sido atosigada por personas como Harvey, no di todos los detalles. Y por qué durante tantos años había mantenido una relación cordial con un hombre que me hirió de manera tan profunda. Estoy orgullosa de mi capacidad para perdonar”.
Hayek: “Fue durante años mi monstruo”
Salma conoció a Weinstein gracias al director Robert Rodríguez y a su mujer. “Con lo que sé ahora, me pregunto si no fue solo mi amistad con ellos, -así como Quentin Tarantino y George Clooney-, lo que me salvó de ser violada”, ha señalado.
La actriz describe a Weinstein como el que fue “durante años mi monstruo” y ha indicado que su pesadilla con el productor comenzó desde el momento en el que éste aceptó financiar la película. “El acuerdo que hicimos en un inicio era que Harvey pagaría por los derechos del trabajo que ya había empezado a desarrollar. Como actriz, me pagarían la tarifa mínima […] También pidió un acuerdo firmado para que hiciera otras películas con Miramax, lo que pensé iba a consolidarme como actriz protagónica. No me importaba el dinero; estaba extremadamente emocionada por trabajar con él y con la empresa. En mi ingenuidad pensé que se había cumplido mi sueño. Había validado los últimos catorce años de mi vida y había apostado por mí, la “nadie”. Dijo que sí. No sabía que muy pronto yo tendría que decir no”.
Las proposiciones sexuales de Harvey
Después, Salma enumera todas las proposiciones que le hizo Weinstein y a las que tuvo que decir que no, una y otra vez: “No a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche en hotel tras hotel y locación tras locación donde se aparecía inesperadamente, incluido un sitio en el que estaba rodando una película en la que él ni siquiera estaba involucrado. No a bañarme con él. No a dejarlo que me viera bañarme. No a dejarlo que me diera un masaje. No a que un amigo suyo, desnudo, me diera un masaje. No a dejarlo que me hiciera sexo oral. No a desnudarme junto con otra mujer. No, no, no, no, no… Con cada rechazo surgía la ira maquiavélica de Harvey. No creo que odiara nada más que la palabra “no”.
La actriz continúa relatando su calvario: “Las demandas absurdas iban desde recibir una llamada iracunda a la mitad de la noche en la que me pedía que despidiera a mi agente por una pelea que tenían sobre una película distinta con otro cliente a sacarme de una gala de estreno en el Festival de Cine de Venecia, que fue organizada por Frida, para estar en una fiesta privada con él y unas mujeres que pensé que eran modelos pero después me enteré que eran prostitutas”.
Weinstein le amenazó de muerte
Según la actriz, el productor llegó a amenazarla de muerte: “Sus tácticas de persuasión iban desde hablar dulcemente y prometer cosas hasta aquella vez que, en un ataque de ira, dijo las palabras más temibles: ‘Te voy a matar, no creas que no puedo’”.
Ante la negativa de la actriz a todas sus proposiciones, trató de reemplazarla: “Cuando finalmente quedó convencido de que yo no iba a ganarme la película como él esperaba que lo hiciera me dijo que le había ofrecido el papel y mi guion, hecho con años de investigación, a otra actriz. Para él yo no era una artista; ni siquiera era una persona. Era una cosa: una nadie, solo un cuerpo. Para entonces tuve que recurrir a abogados. No para abrir un caso de acoso sexual sino por ‘mala fe’”.
Fue entonces cuando Weinstein comenzó a ponerle más problemas y le hizo una “lista de tareas imposibles con una fecha límite muy apretada” entre las que se encontraban reescribir el guion sin pago adicional, recaudar 10 millones de dólares para financiar la película, contratar a un director de primer nivel y la presencia de actores conocidos en cuatro de los roles más pequeños.
Las quejas de Harvey por no ver a Salma sexy en la película
Salma lo consiguió “gracias a un grupo de ángeles que me rescataron”, como el guionista Edward Norton, la productora Margaret Perenchio, la directora Julie Taymor y los actores y amigos de ella, Antonio Banderas y Ashley Judd, entro otros. “Harvey no solo escuchó mis rechazos sino que tuvo que hacer una película que no quería hacer. De manera irónica, cuando empezamos el rodaje terminó el acoso sexual, pero la ira aumentó”.
Después vinieron las quejas sobre el físico que lucía interpretando a Frida y quería eliminar la cojera: “Me dijo que la única cosa que tenía a mi favor era mi atractivo sexual y que en esta película no tenía nada de eso. Entonces me dijo que la iba a clausurar porque nadie querría verme en el papel. Me destruyó el alma…”.
Le exigió una escena de sexo con otra mujer
Harvey prosiguió con sus exigencias y le dijo que tenía que hacer una escena de sexo con otra mujer. “Lo único que él notaba era que no me veía sexy en la película. Me hizo dudar si siquiera era buena actriz pero nunca logró hacerme pensar que la película no merecía grabarse. Me ofreció una opción si quería continuar. Me dejaría terminar el filme si acordaba tener una escena de sexo con otra mujer. Y demandó que hubiera desnudez total vista desde enfrente. Había estado pidiendo constantemente que se viera más piel, que hubiera más sexo”.
Salma estaba desbordada por la presión de Weinstein, la cantidad de favores que había tenido que pedir y la gratitud de todos los que la apoyaban. “Accedí a hacer esa escena sin sentido”. Sin embargo, llegado el momento: “Me derrumbé. Mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente, me quedé sin aliento y comencé a llorar y llorar sin poder detenerme como si estuviera vomitando lágrimas [...] No era porque iba a estar desnuda con otra mujer. Era porque iba a estar desnuda con otra mujer por Harvey Weinstein. Pero no podía decirles eso. Mi mente entendía que tenía que hacerlo, pero mi cuerpo no dejaba de llorar y convulsionarse. En ese momento empecé a vomitar y todos en el set estaban a la espera de empezar a rodar”. La actriz Ashley Judd también denunció acoso por parte de Weinstein.
Harvey pretendió no llevar el filme al cine
Después, el productor se negó a llevarla al cine: “Cuando Harvey vio la película ya editada dijo que no era lo suficientemente buena como para un lanzamiento en cines y que la iba a enviar directo a video. Esta vez Julie tuvo que pelearse con él sin tenerme a mí al lado. Consiguió que accediera a lanzarla en un solo cine de Nueva York si en una prueba de audiencia obtenía una puntuación del público de 80 mínimo”. Al final lograron un 85 de puntuación. “Y, de nuevo, me enteré que Harvey se encolerizó”.
La película acabó siendo un éxito. “Meses después, en octubre de 2002, la película sobre mi heroína e inspiración –esta artista mexicana a la que no reconocieron mucho en su tiempo, con su cojera y su uniceja–, esta película que Harvey nunca quiso hacer, fue un éxito rotundo en taquilla; uno que nunca podría haber predicho. Y, pese a su falta de apoyo, le añadió seis nominaciones a los Oscar a la colección de Harvey, incluida mejor actriz. Aunque Frida ganó dos de esos premios no lo notaba nada contento. Nunca volvió a ofrecerme ser la protagonista de alguna película. En los filmes que estuve obligada a hacer con el contrato original con Miramax tuve solo papeles de reparto pequeños”.
Salma cree que han devaluado a las mujeres
La actriz relata cómo han sido sus encuentros posteriores con Weinstein: “Nunca le dejé ver lo mucho que me asustaba. Cuando lo veía en eventos sociales sonreía e intentaba recordar las cosas buenas de él, diciéndome a mí misma que había ido a la guerra y había ganado. Pero ¿por qué tantas de nosotras, las artistas, tenemos que ir a la guerra para poder contar nuestras historias si tenemos tanto que ofrecer? ¿Por qué tenemos que pelear con uñas y dientes para mantener nuestra dignidad? Creo que es porque, como mujeres, nos han devaluado artísticamente como si fuéramos indecentes a tal punto que la industria fílmica dejó de esforzarse en averiguar lo que quieren ver las audiencias femeniles y las historias que queremos contar”.
Por último, la actriz da las gracias a todos los que han escuchado su experiencia y las de todas las mujeres que han denunciado a Harvey Weinstein y a otros directores y famosos como Kevin Spacey. “Estoy agradecida con todos los que están escuchando nuestras experiencias. Espero que al agregar mi voz al coro de quienes por fin pudieron hablar ayudaré a entender por qué fue tan difícil hacerlo y por qué tantas de nosotras esperamos tanto tiempo. Los hombres acosan sexualmente porque pueden. Y las mujeres estamos hablando porque, en esta nueva era, por fin podemos hacerlo”.
Después de este relato, Antonio Banderas ha salido en su defensa y ha apoyado a su gran amiga: “Su honestidad como mujer y como profesional me hacer dar absoluto crédito a sus palabras”. También Penélope Cruz le ha mostrado su apoyo, así como las actrices Jessica Chastain y Lupita Nyong'o.
El acoso de Oliver Stone y la prueba
Otro de los rostros que ha sido acusado de acoso sexual por otras actrices ha sido el director y productor Oliver Stone. En 2012, Salma Hayek intentó quitarse de encima las manos largas del director en el estreno de la película 'Salvajes' en Londres. "No me toques, Oli", le dijo la estrella mexicana muy enojada mientras él la miraba con sonrisa pícara y le hacía caso omiso. Ahora hemos podido ver las imágenes de ese momento.
A Stone parece no importarle estas denuncias y hasta ha defendido al productor Harvey Weinstein: "No es fácil lo que está pasando. No voy a comentar chusmeríos", afirmó en una entrevista.