La figura actual de Jorge Javier Vázquez poco o nada tiene que ver con la que presentaba hace apenas un par de años. Tras cortar con Paco, con quien llevaba diez años, perdió muchísimo peso. En diciembre de 2018 ya había adelgazado la friolera de 15 kilos, a lo que habría que sumar al menos cinco más, ya que cada semana que pasa está más delgado y estilizado.
El omnipresente presentador de Telecinco reconoció a comienzos de año que su relación con la comida no era todo lo sana que debiera, y que llevaba toda la vida intentando adelgazar con dietas y regímenes que apenas cumplía.
Aunque ahora ya se encuentra en su peso, nada parece ser suficiente para el de Badalona, que sigue intentando seguir mejorando su imagen, algo que, dicho sea de paso, no nos parece mal.
Jorge Javier sigue mejorando su imagen
Todos queremos estar sanos y vernos bien, pero del gusto a la necesidad hay un paso. Y Jorge Javier, que arrastra problemas con la comida y el peso desde siempre, está ahora más centrado que nunca en su imagen física.
De hecho, ha iniciado un tratamiento para realzar los abdominales. Se llama Emsculpt y se trata de una máquina que realiza 20.000 abdominales sin esfuerzo. Lo único que hay que hacer es tumbarse y dejar que el aparato haga el trabajo, que consiste en contraer los músculos con energía electromagnética focalizada de alta intensidad.
"Se me está quedando una tableta de toma pan y moja", escribía el presentador el pasado fin de semana en sus redes sociales, descubriendo así su último invento para verse mejor.
Jorge Javier y la delgadez, ¿amor u obsesión?
Como decía Romeo Santos, es fácil confundir amor y obsesión. Al respecto, Jorge Javier reveló en febrero la "insana relación" que mantiene "con el peso y la imagen". El presentador, que lleva "años luchando contra los kilos", ya ni se acuerda de cuándo "se inició la batalla".
Ahora estoy en mi mejor momento y eso, en vez de provocarme alegría, hace que mi inquietud aumente, porque me siento obligado a no bajar la guardia
Aunque ahora está delgado y en forma, tiene aún más angustia que antes, lo que parece indicar que la relación de Jorge con la comida es casi enfermiza: "Ahora estoy en mi mejor momento y eso, en vez de provocarme alegría, hace que mi inquietud aumente, porque me siento obligado a no bajar la guardia, a no relajarme, a no permitirme un exceso porque entiendo que me pasará factura. Y si lo cometo, no quiero ni contar el tiempo que desperdicio luchando contra el complejo de culpa".
Obsesión con volver a engordar
"Recibo mensajes en mi Instagram alabando mi 'estilizada figura'. No dudan en preguntarme dónde y de qué me he operado, porque quieren hacer/hacerse lo mismo. El público que viene a los platós me dice: 'Qué delgado estás', y yo me tomo tanto los mensajes como esas palabras no como un halago sino como una advertencia", señala.
Cuando me dicen que estoy delgado no me lo tomo como un halago, sino como una advertencia
"Para lo que ellos es un piropo para mí es un motivo de alarma porque siempre aparece una amenazadora voz en mi interior que me recuerda que vaya con cuidado, que no me pase, que si me relajo puedo volver a coger los quince kilos que he dejado atrás en año y medio", añade.
Se avergüenza de su imagen del pasado
Jorge confiesa que cada vez que ve imágenes suyas del pasado con kilos de más, tiene que "apartar la vista". "Soy incapaz de verlas, me avergüenzan. Mis compañeros me dicen que debería ser al contrario, que tendría que verlas y sentirme muy satisfecho de lo que he conseguido. Pero no puedo, me superan", cuenta.
Ansiedad si no sabe las calorías de los platos
La turbia relación del presentador con el peso llega muy lejos. Jorge Javier confiesa que ha decidido que no puede irse tanto de vacaciones, ya que le "genera ansiedad" no controlar lo que come.
Ir a restaurantes día sí día también y estar siempre preguntándome si lo que ingiero me va a engordar
"Ir a restaurantes día sí día también y estar siempre preguntándome si lo que ingiero me va a engordar y cuánto. Despreciar esa segunda o tercera copa de vino que tanto me apetece. Suplicar que no me enseñen la carta de postres porque caeré y no me lo puedo permitir".
El presentador confiesa que parte de su obsesión con el físico tiene que ver con que es imagen pública: "No es fácil la relación con tu físico y menos si tu imagen es de dominio público. Estoy convencido de que no tendría estas comeduras de tarro si no trabajara en televisión".
Lo que está claro es que Jorge Javier Vázquez tiene un 'monstruo' en la cabeza que le mortifica cada día. Esperemos que no desencadene en nada más grave.
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