Si bien Kiko Rivera se fue a Galicia para hacer su despedida de soltero con sus amigos de toda la vida, ahora es su futura mujer, Irene Rosales, la que ha querido darse un homenaje al respecto, días antes del prometedor enlace.
Primero fueron Rocío Carrasco y Fidel Albiac, después Kiko Matamoros con Makoke, y como dicen que no hay dos sin tres, el próximo 7 de octubre, Kiko Rivera e Irene Rosales se darán el ‘sí quiero’ en Sevilla y bajo la atenta mirada de Isabel Pantoja, como madrina y con sus 60 años recién cumplidos; del hijo de Kiko y de su ex Jessica Bueno, Francisco, como responsable de llevar los anillos hasta el altar; y de otros muchos invitados conocidos como sus hermanos, Isa Pantoja, Francisco Rivera, Cayetano Rivera y sus correspondientes mujeres -Lourdes Montes y Eva González, respectivamente-, con quien mantiene una relación muy buena en estos últimos tiempos.
La boda, sin duda, será un filón de promesas y de negocio. Pero antes, de previas despedidas. Y en esta ocasión, Irene ha puesto rumbo a una casa alquilada en Chiclana (Cádiz), no muy lejos de Sevilla, donde ella y sus amigas han pasado el fin de semana vestidas de ‘Mamachicho despelucada’ -tal y como ella misma se define en su Instagram-, y con la soberana intención de pasárselo en grande antes de convertirse en la señora de Kiko Rivera y en la nueva nuera de la Pantoja.
Una historia de amor convertida en negocio
Esta boda será la tercera gran exclusiva de Kiko Rivera e Irene Rosales en la revista ‘¡Hola!’, su publicación de cabecera. La primera fue la que dieron la pasadas navidades con su hija, Ana Rivera Rosales, recién nacida –llegó al mundo el pasado 15 de diciembre-. La segunda llegó con el bautizo del año, el pasado mes de marzo, al que finalmente acudió su abuela, Isabel Pantoja, pero por ‘la puerta de atrás’ y con mucha precaución. Y la tercera y última de este ‘pack’ previamente pactado, llegará con esta boda en octubre, lo que augura un total de beneficio de cerca de 200.000 euros si tenemos en cuenta que han cobrado en torno a los 60 y 80.000 por cada una de estas tres exclusivas, según ha podido saber GRITOS. Para colmo, lo hacen en una atmósfera de posibles infidelidades por parte de Kiko y en la que sus supuestas amantes se han hecho platós a su costa.
-Exclusiva en portada de ¡Hola! cuando nació Ana Rivera Rosales-
No obstante, la exclusiva más esperada es esta boda. Una traca final que, por encima de tantos dimes y diretes, sitúa en el ojo del huracán a Isabel Pantoja, recluida detrás de los muros de Cantora desde que cumpliera su pena de prisión. Arduo es el trabajo que les espera a los fotógrafos y a los paparazzi que quieran asomarse por Sevilla el próximo 7 de octubre si, en esta ocasión, quieren cazar a la tonadillera ejerciendo de madrina de la ceremonia. Algo que no lograron en el anterior bautizo al celebrarse en un recinto privado.
Además, de este negocio, es posible que Kiko ayude económicamente a su madre. Recordemos que uno de los sacrificios de la Pantoja este año ha sido vender sus casas de La Moraleja y de Marbella. De su vivienda de Madrid consiguió desprenderse en diciembre de 2015. Con la venta pudo abonar 400.000 euros de parte de la multa. Antes había pagado 347.000 en otros tres plazos. Además es sabido que la artista volver a los escenarios para recaudar más dinero. Tal y como avanzaba La Razón, la viuda de Paquirri grabó un disco durante su estancia en México en el año 2014 que saltará a las giras de conciertos en este 2016.