Ni una revista quiso perderse esta semana el bautizo del hijo de Beatriz Trapote y Víctor Janeiro. El hermano de Jesulín de Ubrique tiró de agenda familiar para la ocasión y convocó a lo más granado de los Janeiro. O bueno, casi, ya que Andreíta, hija de Belén Esteban, estaba invitada pero no acudió. En otro momento, el repaso al posado familiar hubiese llenado semanas de Sálvame. Análisis a cargo de expertos en gestos y estilismos, testimonios de infiltrados y un especial sobre los motivos de la ausencia de la hija mayor de Jesulín. Pero, claro, eso era cuando todavía Belén Esteban y Toño Sanchís eran uña y carne. Ay, ¡cómo ha cambiado todo! Otros vendrán que, al final bueno te harán.
La enemistad entre la princesa del pueblo y la familia Janeiro ha sido uno de los grandes filones del programa. Los cruces de acusaciones, las llamadas en directo, las grabaciones en la calle, los supuestos amigos y examigos sentándose en el Deluxe, todo un show que ha sustentado seis años de emisión. ¡Si hasta Belén Esteban ha pasado por el polígrafo para demostrar la veracidad de su historia de amor y desamor con Jesulín!
El programa ha abierto sus puestas a los padres de María José Campanario, a su hermano, a los exempleados de la finca, a la expareja del hermano, a las supuestas amantes del torero, a cualquier que tuviese una mínima relación con el matrimonio. Sabían que en la reacción de Belén estaba el éxito televisivo. Y es que, ¡menudas reacciones!
Todos soñábamos con el cara a cara definitivo, el enfrentamiento en directo de Belén contra María José. No hubiese habido audiencia suficiente para medir el triunfo. ¿De verdad Jesulín llamó primero a Belén después de tener el accidente? ¿De verdad María José aguardaba en la sala de espera junto a un buen puñado de pretendientas del torero? ¿De verdad podían haber retomado su relación? ¿De verdad han ignorado a Andreíta cuando ha ido a casa de los Janeiro? ¿De verdad su relación ha sido tan tensa como han mostrado los medios? Un sinfín de incógnitas de las que tan solo conocemos la versión de Belén. ¿No estarán interesados en el Deluxe de seguir tentando a María José Campanario para obrar este milagro? Podemos hacer un crowdfunding si hace falta.
La explosión del 'toñogate' ha hecho que las aguas se vuelvan más mansas que nunca. Incluso la mujer de Jesulín manifestó su apoyo a Belén en este delicado momento. Un acercamiento que la princesa del pueblo también agradeció. ¿Pipa de la paz a la vista? En otro momento, la ausencia de Andreíta en el bautizo de su primo hubiese vuelto a encender la mecha, pero ahora parece que estamos mucho más cerca de una reunión en una revista que de volver al cruce de acusaciones -un cruce que siempre ha dejado en peor lugar a Belén Esteban, mucho menos cauta que los Janeiro-. ¿Les parece una locura? También pensábamos que Antonia Dell'Atte y Ana Obregón nunca enterrarían el hacha y ya lo hicieron en Hola. ¡Y lo suyo era una enemistad irreconciliable!
La historia de Belén Esteban sigue sustentándose, cual castillo de naipes, sobre los cimientos de los Janeiro. Una reconciliación pública con el padre de su hija podría haber supuesto, en otro momento, el fin de su reinado. ¿De qué iba a hablar si no? ¿Contra quién iba a arremeter cada tarde? Pero los tiempos han cambiado. Ahora, con el enfrentamiento mediático y judicial con Toño Sanchís, Belén Esteban podría posar con Jesulín en una portada y no pasaría nada. Sí, sería trending topic, generaría revuelvo y reacciones, pero, dos días después, volveríamos a hablar de los papeles, el dinero y todo este lío que se llevan representante y exrepresentada entre manos.
Belén Esteban necesita un buen 'villano' delante para crecerse ante las cámaras. Sea Jesulín, sea Olvido Hormigos, sea el Defensor del menor, sea quien sea. Antes fue María José. Ahora es Toño. Mañana puede serlo cualquiera. ¿O es que piensan que todo va a terminar aquí? Ay, ilusos, la princesa del pueblo tiene más vidas que Madonna.