Semana intensa para el rey Felipe VI. Tras su viaje a Panamá para asistir a la toma de posesión del presidente José Raúl Mulino, el monarca acudirá a Zaragoza para la entrega de despachos en la Academia General Militar, donde la princesa Leonor recogerá el suyo. Además, dos días después, padre e hija visitarán la academia de Talarn (Lleida) para la entrega de diplomas a los nuevos suboficiales.
Eso sí, a pesar de la apretada agenda oficial, el rey Felipe organiza su tiempo para asistir a eventos de carácter privado, como al que acudió el pasado fin de semana. Y es que, tal y como se esperaba, el monarca acudió a la boda de Natalia Alfonsín, hija de Jaime Alfonsín, quien hasta el pasado mes de enero ejerció como jefe de la Casa del Rey.
Tal y como se aseguró el rey Felipe y la reina Letizia habían sido invitados al enlace. Una invitación que finalmente solo aceptó el monarca, que no solo acompañó a su gran amigo en este día tan especial, también mostró una actitud que sorprendió a los presentes.
El rey Felipe, “relajado y accesible” en la boda de la hija de Jaime Alfonsín: charlas y selfies con los invitados
A las 18:00 horas del pasado sábado 29 de junio, Natalia Alfonsín y Álvaro Winzer se dieron el 'sí quiero' en la Ermita de Nuestra Señora de la Paz, situada en la localidad madrileña de Alcobendas. Vestida con un diseño firmado por Navascués y del brazo de su orgulloso padre, la novia legaba al templo donde le esperaban sus invitados, entre los que no se encontraba el rey Felipe.
Y es que, probablemente dispuesto a no acaparar la atención, ni fomentar la presencia de los fotógrafos, el monarca decidió no asistir a la ceremonia religiosa. Eso sí, no quiso perderse la celebración, que tuvo lugar en El Soto de Mozanaque, una finca en la localidad de Algete, propiedad de Ioannes Osorio, duque de Albuquerque.
“La gran sorpresa para todos los asistentes cuando iban entrenado a la finca fue la presencia del rey Felipe, que fue de los primeros en llegar al convite, rodeado de un numeroso equipo de seguridad” apunta la periodista Consuelo Font en el diario ‘El Mundo’, donde desvela la llamativa actitud que mostró el monarca en la fiesta.
Y es que, lejos de mostrarse discreto y reservado, el rey Felipe sorprendió a los presentes y se dejó ver de lo más cercano y simpático con todos los invitados: “Ataviado con traje gris marengo y corbata en tonos granate, se le vio muy relajado y accesible, charlando con todo el que se le acercaba y haciéndose selfies con quienes se lo pedían, que fueron muchísimos. Sobre todo invitadas, que no paraban de comentar lo guapo que era en persona el monarca”.
Así, el rey Felipe disfrutó de la celebración de la boda de la hija de Jaime Alfonsín, quien estuvo muy pendiente del monarca. Eso sí, tras el cóctel, que sirvió Ciboulette, uno de los favoritos de la jet set, y en el que degustó jamón ibérico, croquetitas, gildas, tartaletas de salmón y foie, gazpacho de melón y rollitos de queso con langostinos, el rey Felipe se fue. “Se marchó antes de comenzar la cena”, desvela la experta en Casa Real.
El motivo por el que la reina Letizia no acompañó al rey Felipe a la boda de Natalia Alfonsín
Como es de imaginar, la presencia del rey Felipe en la boda dio mucho de qué hablar. Como también lo hizo la ausencia de la reina Letizia, que no acompañó a su marido en este evento. Algo que muchos esperaban. Y es que no es la primera vez que el Rey acude solo a un compromiso de estas características.
Aunque no existe explicación oficial a las ausencias de la reina Letizia en eventos como la boda de la hija de Jaime Alfonsín, lo cierto es que se dice que el motivo siempre es el mismo: no quiere llamar la atención ni acaparar las miradas en un evento en el que ella no debe ser la protagonista. Por eso, prefiere no asistir, para no ‘robar’ el protagonismo, en este caso a los novios. Algo que pone en duda su presencia en la boda de Victoria López Quesada, ahijada del rey Felipe, el próximo 31 de agosto.
