Los seis sobrinos de los reyes Felipe y Letizia llevan apareciendo en los medios desde que nacieron, al igual que sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Sin embargo, hay muchos secretos y detalles de la vida de los hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, y de los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, que desconocíamos y que han quedado al descubierto ahora en el libro ‘Los sobrinos del rey’, de Silvia Taulés.
A pesar de que es habitual verles protagonizar noticias y portadas de revista, la periodista señala que a los nietos del rey Juan Carlos I quieren tener una vida normal y alejada de los focos mediáticos. Sin embargo, habría que matizar que unos más que otros, ya que a Victoria Federica ya sabemos que le encanta ser influencer, protagonizar portadas y acudir a eventos, pero eso sí, de responder a los periodistas, no hablamos. Por todos es sabido la antipatía que tiene la joven a los medios, algo que ha quedado probado una vez más, con el tenso momento que protagonizó con una reportera este miércoles.
Los secretos de los sobrinos del rey Felipe VI
Froilán y Victoria Federica de Marichalar y Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin tienen personalidades y vidas muy diferentes, aunque han compartido algunas vivencias como ha sido la complicada separación de sus padres y los cambios de colegio. Los seis primos siempre se han apoyado y tenido una relación muy estrecha, desde que eran pequeños a la actualidad, a pesar de haber vivido en diferentes ciudades y países.
Así quedó reflejado hace unos días cuando Victoria Federica fue a ver jugar a su primo, Pablo Urdangarin, con el que se mostró muy cariñosa y cómplice. Una relación que contrasta mucho con la que tienen con sus primas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, con las que han tenido menos trato sobre todo desde que Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina fueran imputados en el caso Nóos. Momento en el que se les apartó de la familia real y se hizo un cordón sanitario. Una situación con la que se vieron muy perjudicados los padres y los hijos, y que provocó más de un enfado y discusión en la familia.
En el caso de Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, el divorcio de sus padres, la infanta Elena y Jaime de Marichalar en 2007, tras 12 años casados, también les afectó ya que no fue una separación fácil ni amistosa y además, tuvieron que lidiar con la persecución de la prensa. Todo ello provocó que los jóvenes tuvieran un comportamiento rebelde incluso con sus propios guardaespaldas, de los que llegaron a huir en más de una ocasión. Según Taulés, lo hacían para disfrutar de unos minutos de libertad.
Respecto a los hijos de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, han vivido varias mudanzas a Barcelona, Washington y Ginebra (Suiza). Tuvieron una vida tranquila hasta que llegó la imputación a sus padres por el caso Nóos. Entonces, pasaron de ser los “populares” a los “apestados”. Incluso su hijo mayor, Juan Valentín, llegó a sufrir bullying en el colegio cuando regresó a España.
Las llamadas de advertencia del rey Juan Carlos I a Victoria Federica de Marichalar
La autora de ‘Los sobrinos del rey’ desvela una de las llamadas que hizo el rey Juan Carlos I a su nieta Victoria Federica para advertirle que no le gustaban las cejas rosas que se había puesto. “Si aparece con las cejas pintadas de rosa, al poco rato recibe una llamada de su abuelo para preguntarle qué era eso. Un abuelo tradicional que no entiende a su nieta en numerosas ocasiones. Lo normal, diríamos, si no fuera porque quien se pintó las cejas de rosa fue Victoria de Marichalar para un ‘evento’ y porque la llamada la realizó el rey Juan Carlos I desde Abu Dabi para advertir a la joven. No le gustaba el camino que estaba tomando y menos que lo hiciera con una imagen totalmente alejada de lo que se espera de una royal. Porque le guste o no a la hija de la infanta Elena, siempre será miembro de la realeza europea”.
El rey Juan Carlos también mostró su desaprobación por otro gesto “vulgar” que suele hacer su nieta, Victoria Federica. “'Y esa mano, siempre en el bolsillo, se lo habrán dicho en la agencia que la ha contratado como modelo, pero es de lo más vulgar, no es propio de una grande de España'. Es así como el rey expatriado habla con los suyos cada vez que ve a su nieta en un sarao. Y no son pocos. Mientras, Victoria Federica entiende al abuelo, intenta hacerle caso porque su voz tiene un peso descomunal en su vida y trata de seguir su camino en la moda, consciente de que no siempre agradará a su familia”.
El calcetín calmante de Victoria Federica
En el libro, también habla del calcetín que chupaba Victoria Federica cuando era pequeña y le servía de consuelo. “Hubo un objeto que siempre acompañó a la pequeña Victoria, hasta que un día se hizo mayor. Era un calcetín, una prenda que de bebé usaba para dormirse, abrazándolo y acurrucándose con él, y que le acompañó, envejecido y roto, durante toda su infancia. Dejó de ser un bebé, pero cuando tenía sueño, cuando tenía miedo o cuando algo de su alrededor no le gustaba, Victoria se abrazaba a esa prenda. Un calmante, un recuerdo de una lejana infancia feliz que se había ido para siempre", explica la periodista.
El infierno que sufrió Froilán de Marichalar en EEUU y su apoyo fundamental
El rey Juan Carlos es quien costea parte de la educación de sus nietos y de su día a día pero también les ha ayudado a meter cabeza en prestigiosas empresas, como hizo al enchufar a su nieto preferido, Felipe Juan Froilán de Marichalar, en la empresa petrolera Abu Dhabi Natinonal Oil Company, donde trabaja en Abu Dabi, país en el que reside su abuelo y donde el joven vive desde hace un año.
Esta no es la primera vez que Froilán vive fuera de España, anteriormente estuvo en Estados Unidos donde le mandaron para que entrada en vereda y se sacara el Bachillerato. El sobrino del rey Felipe estudió en ‘Blue Ridge School’ situado en Saint George, un pueblo muy pequeño del estado de Virginia, que no fue para nada del agrado de Froilán de Marichalar. “Cuando llegó, se quedó paralizado, no quería quedarse, sabía que ni siquiera se podía escapar porque no había nada más que bosque en los alrededores, fue un shock absoluto para él, pero con el tiempo y con mucho esfuerzo, logró adaptarse y terminar sus estudios”, según recuerda un miembro de la familia a la periodista.
Felipe llegó en verano, antes de que empezara el curso escolar y “fue para él un pequeño infierno”. Sin embargo, al final “la pesadilla se convirtió en su salvación. Empezó su estancia en una casita pegada a la escuela en la que le acompañó un coronel [al servicio de su abuelo], que le cocinaba la cena cada noche. Le hacía tortillas y comida española para que la añoranza no fuera tan profunda”.
Además, en este pueblo de Virginia, también conoció a una persona que fue muy importante para él desde entonces. “Una de las personas que acompañó a Felipe en toda su andadura fue la profesora Marcia Kozloski, una mujer que se tomó la situación del hijo de la infanta Elena como un reto. Le dedicó la vida entera y se comportó como una especie de madre con él. Tanto es así que siguen en contacto y en estos días, en los que el joven vive en Abu Dabi, se llaman y le sigue dando consejos”.
Los curiosos detalles de la habitación de Irene Urdangarin
Juan Valentín ha sido un gran apoyo para sus hermanos pequeños, es por eso que es el más querido por ellos y también por sus primos. En el libro, podemos encontrar otro de los secretos de los sobrinos del rey Felipe VI, como es un detalle que revela la importancia que tiene Juan Valentín en la vida de su hermana.
Irene Urdangarin tiene decorada su habitación con múltiples fotos de su hermano mayor, que es todo un referente para ella. “En las paredes cuelgan fotografías por todas partes. Hay imágenes de los mejores momentos con los suyos, especialmente con su familia: su padre, su madre, su abuelo, sus amigos, sus primos y, sobre todo, sus hermanos. Son ellos, los tres Urdangarin de Borbón, quienes han cuidado y mimado a Irene desde pequeña. Entre todas las fotografías, lo cuenta, de nuevo, alguien que allí ha estado muchas veces, hay un hermano que sale muchas más veces que el resto: Juan, el mayor, una persona querida y adorada por todos a quienes se pregunta. Es más, cuando aparece su nombre en una charla, muchos cambian hasta el gesto y la mirada se torna, podríamos decir, amorosa”, escribe Silvia Taulés.
Los grandes ausentes en las fotos que tiene Irene en su dormitorio son sus tíos, los reyes Felipe y Letizia, y las hijas de estos, la princesa heredera Leonor y la infanta Sofía, lo que refuerza la teoría de la distante relación que tienen entre ellos.
Además, el libro también desvela otro detalle de Irene Urdangarin, su pasión por la moda, algo que comparte con su prima, Victoria Federica, con la que tiene tan buena relación y ha salido de fiesta en más de una ocasión. “La habitación de Irene en Ginebra es amplia y muy luminosa. [...] En el cuarto hay una gran mesa escritorio, también blanca, una cama doble esquinada y llena de cojines, y muchos armarios, porque a la chica, así nos lo cuentan, le gusta mucho la ropa y posee gran cantidad de piezas”.
Así son Juan Valentín, Miguel y Pablo Urdangarin
En el libro, se describe a Juan Valentín como una joven con “un corazón enorme, admirado y volcado en la familia”. Es el más introvertido, discreto y el más solidario, algo que comparte con su madre. El joven ya ha hecho varios voluntariados con ONGs. Su hermana, Irene Urdangarin está siguiendo sus pasos y se encuentra en Camboya tras haberse sacado el carnet de conducir en Madrid.
Miguel Urdangarin es el más desconocido de la familia. En el libro le definen como una persona muy inteligente y muy centrada en su futuro profesional. Miguel se licenció en Ciencias del Mar en Reino Unido el año pasado. Ahora ha regresado a Ginebra, donde vive su madre, donde continúa estudiando.
Respecto a Pablo Urdangarin, ha heredado la pasión por el deporte y el balonmano de su padre, Iñaki Urdangarin. Tras salir a la luz las fotos de su padre, paseando de la mano de Ainhoa Armentia y la noticia de la separación de sus padres, Pablo se convirtió en objetivos de los medios y demostró tener una gran educación, madurez y paciencia para responder a las preguntas de la prensa, lo que le llevó a ganarse el cariño de la gente.
Xiomara
No puedo soportar a Federica. ¿No le han inculcado/educado el ayudar a gente necesitada y guardar las formas con los periodistas ? ¡Qué calvario !