Ya son unas cuantas las veces que los reyes se han dejado caer como transeúntes por varias zonas del centro de la capital. ¿La última? De nuevo la colindante al palacio Real, para ir a uno de sus restaurantes favoritos, ‘La lonja del mar’.
Y no eligen al azar. Cuando salen, eligen cenar como lo que son, auténticos reyes. Dicho de otro modo, ¿a quién no le gusta pegarse una buena mariscada? Son muchos los españoles que no se pueden permitir una parrillada de marisco a 40 euros o un taco de marisco a 20 euros. Son muchos los que amortizan día a día sus salarios mínimos solo para poder permitirse uno de los platos de esta carta tan jugosa. Pero está claro que no es ese el caso de Felipe VI y Letizia Ortíz, que eligieron la noche del martes, 23 de agosto, para darse este singular homenaje pasadas las 12 de la noche, tal y como relata ‘LOC’.
Para la ocasión, eligieron vestir cómodos y de paisano. El Rey eligió una camisa de rayas que llevaba por fuera de unos vaqueros claros, con un aspecto de lo más informal, mientras Letizia no desentonó con un top gris de cuadros, una falda por encima de la rodilla de tipo ‘godet’ a juego con un ‘clutch’ negro cruzado y con tachuelas, estilo ‘rock’ como le gusta a ella.
Esta es la primera vez que vuelven a dejarse ver en público desde que el pasado 11 de agosto acudieran a los Cines Renoir de Madrid para ver la comedia norteamericana titulada ‘Todos queremos algo’, dirigida por Richard Linklater.