Puede que su apariencia de arma blanca no invite a comprobar su utilidad, pero hay que reconocer que el rizador de pestañas es uno de los accesorios de belleza más útiles que existen. Su forma de pinza y su aspecto metálico, además de las leyendas urbanas que hablan de cómo estropean las pestañas, nos producen rechazo a usarlo. Olvida todos estos prejuicios porque basta con saber elegir un buen rizador de calidad y utilizarlo de la manera adecuada para que no puedas vivir sin él.
Si eres de las que sueñas con tener unas pestañas de infarto seguro que has probado con mil productos en busca del volumen y la longitud que la naturaleza no te ha dado. Muchas máscaras de pestañas nos prometen alargarlas hasta el infinito, pero lo cierto es que muy pocas lo consiguen y, aún así, el resultado final no es tan bueno como el que se consigue con un rizador. Por eso lo mejor es unir las dos soluciones, porque ambos funcionan mejor si se combinan. El resultado soñado sin necesidad de recurrir a extensiones ni a pestañas postizas.
Si tú también desconfías y te da miedo que deteriore tus pestañas, es hora de que aprendas a controlarlo. Para ayudarte, desde Vozpópuli hemos hablado con Moises Freire y WIld Van Dijk, dos artistas del maquillaje responsables de algunos de los beauty looks más imponentes de celebrities como Lucia Rivera, Marta Lozano, Alba Galocha o Ana Rujas. Ellos nos van a desvelar todos los secretos de cómo usar el rizador de pestañas. Estas sobre aviso: una vez lo tengas dominado, no querrás dejar de utilizarlo.
¿Cuándo usar el rizador de pestañas?
Como su nombre índica, el rizador de pestañas sirve para rizar las pestañas, concretamente para curvarlas hacia arriba de forma que el ojo se vea más abierto y atractivo. “Refuerza la mirada y rasga el ojo, algo que siempre favorece porque las líneas perfectas del maquillaje son las miradas ascendentes”, asegura el maquillador Moisés Freire. “Un rizador de pestañas es una de las mejores inversiones 'beauty' que hay. Dura muchísimo tiempo y es capaz de agrandar la mirada y resaltar los ojos más que cualquier otro producto”, indica el experto.
Podemos recurrir a él sin acompañarlo de maquillaje y lograremos una mirada más abierta y dulce, un toque sutil pero natural que marcará la diferencia en tu mirada. También podemos utilizarlo acompañado de una máscara de pestañas y, si no quieres prescindir de tus pestañas postizas, también puedes usarlo antes de colocarlas para que tu pestaña natural se levante y disimule el postizo.
Los diferentes tipos de rizador
Al igual que cada persona tiene unas pestañas diferentes, también existen distintos tipos de rizadores para adaptarse a las necesidades de cada caso. El rizador que necesitaremos si tenemos unas pestañas cortas puede ser de lo más incomodo para otras más largas, y al contrario. Por eso, si tienes unas pestañas largas debes buscar rizadores que sean curvos para que le den esta forma. En el lado opuesto, si tienden a ser cortas usaremos una herramienta más recta porque los rizadores con abrazaderas planas facilitan acercarse a la línea de las pestañas sin tener que recurrir a posiciones extrañas.
Los rizadores clásicos suelen tener un diseño similar por eso, para elegir uno de calidad, nos tenemos que fijar en la goma y en la amplitud de su apertura. La mejor goma es la que es flexible, de silicona y es fácil de limpiar para así evitar la aparición de gérmenes. En cuanto a la apertura tiene que ser lo más abierta posible para que coja todas las pestañas a la vez de manera eficaz.
Como en todo, este accesorio de maquillaje ha ido evolucionando con el paso de los años y últimamente han aparecido en el mercado diferentes alternativas al modelo clásico que todos conocemos. Una de las mejoras más significativas son los rizadores térmicos que tienen forma de un pequeño peine e incluyen calor en su mecanismo. Este sistema no se calienta demasiado, sólo lo justo para definir la forma de las pestañas, por eso son más fáciles y rápidos que los rizadores normales y no hace falta hacer presión al utilizarlo. Los resultados son más duraderos pero, en contrapartida, no se recomienda usarlos de manera diaria para no estropear las pestañas. Reserva su uso para los maquillajes especiales.
Otro rizador diferente es aquel que está diseñado para usar en las pestañas externas que son aquellas situados en la zona final. Son perfectos para las mujeres que tienen los ojos grandes y los rizadores habituales no abarcan toda su línea de pestañas.
En cuanto a los rizadores clásicos podemos encontrar en el mercado muchas alternativas diferentes en cuanto a diseños y estilos. Lo mejor es que la relación calidad-precio es inmejorable ya que es una herramienta barata, podemos encontrar diseños de calidad a partir de cinco euros, y tienen una larga durabilidad.
¿Cómo se usa el rizador de pestañas?
Lo primero que debes saber es que el rizador debe usarse siempre sobre las pestañas limpias y al natural, antes de la máscara u otro maquillaje, “así evitarás que se te queden pegadas o que se rompan”, reconoce Freire. Si no lo hacemos así, el resultado que tendremos será sucio, con pegotes de rímel y una curva poco natural.
Para emplearlo correctamente, “tienes que colocarlo recto en la raíz de las pestañas, apretar con cuidado y mantenerlo presionado tirando muy levemente hacia arriba”. Según Moisés, lo más recomendable es hacerlo durante unos 10 segundos. Sólo se tienen que trabajar las pestañas superiores y teniendo precaución de mantener una distancia de seguridad con la piel para evitar pellizcos. Debes de asegurarte que todas las pestañas, incluidas las externas, quedan dentro del rizador y ejercer la misma presión en cada toque.
Conseguir la curva perfecta es cuestión de menos de un minuto
Para conseguir una mirada sobredimensionada, el maquillador Wild Van Dijk tiene un secreto. “En vez de apretar en un único punto, comienza cerca de la raíz y ve ascendiendo, presionando suavemente a medida que te acercas a la punta. De esta forma, en vez de marcar un solo punto de curvatura, crearás un movimiento más natural”. Conseguir la curva perfecta es cuestión de menos de un minuto, pero para este experto conviene realizar el procedimiento con tranquilidad y, sobre todo, no presionar en exceso. “Apretar un poco es más que suficiente”, insiste Van Dijk. “Yo lo uso siempre, especialmente si la pestaña es pobre y carente de volumen. Con una buena herramienta conseguirás unas pestañas más largas, rizadas y espesas”, recalca el experto.
Un truco de profesional es calentar primero el rizador antes de usarlo. Se puede recurrir a un secador de pelo y aplicar aire caliente unos segundos sobre el cabezal para que la goma coja la temperatura idónea. Este pequeño secreto hará que el acabado sea más duradero.
Después pasaremos a utilizar la máscara de pestañas que debe aplicarse en dos pasos. Primero realizar una primera aplicación del rímel girando el cepillo en el sentido de la curva para potenciar el resultado. Después volveremos a aplicarlo pero esta vez desde la base y hacia las puntas y en movimientos en zigzag para impregnar bien cada pestaña.
¿Cómo cuidarlo para que dure años?
Para que se mantenga en tu neceser durante años, es importante mantener la almohadilla en buen estado. Para lograrlo basta con utilizar sólo un poco de agua y jabón para eliminar la suciedad acumulada que puede acelerar el deterioro de la goma. “Ten en cuenta que una goma estropeada puede, aparte de rizar mal tus pestañas, dañarlas e incluso partirlas”, sentencia Wild.
Es por este motivo por el que muchos rizadores incluyen un kit de almohadillas de recambio para que puedas sustituirlas en el momento que sea necesario sin necesidad de tener que comprar un nuevo rizador.
Si sigues todos estos tips lograrás una mirada de impacto y tú también acabarás cayendo rendida ante los encantos del rizador de pestañas.