Tras proclamarse como vencedor del Trofeo Conde de Godó por novena vez, el tenista por fin ha conseguido cumplir uno de sus deseos desde hacía tiempo: ser el propietario de una embarcación, con lo que ya no tendrá que seguir alquilando barcos cada verano.
El mallorquín viajó con su novia Xisca a Cannes, el pasado mes de septiembre, para visitar el salón náutico que se realiza cada año. En él se exponen más 600 embarcaciones de gran eslora, de las que la pareja se decidió por un modelo de 23 metros de eslora de la firma francesa Monte Carlo Yatchs 76, perteneciente al grupo Beneteau que fabrica sus embarcaciones en los astilleros de Monfalcone, en el golfo de Trieste, al norte de Italia.
Este tipo de barco siempre se vende bajo pedido y a partir de 2,9 millones de euros. Según informa la página web Nauta 360 “se configura al gusto del propietario bajo la batuta del prestigioso estudio de diseño Nuvolari y Lenard”. Una compra que se ha producido después de que su familia haya puesto a la venta su antiguo barco de 62 pies, el Avanti, un modelo del astillero italiano Fairline.
Se trata de una embarcación pensada para navegar con su pareja Xisca, en familia o amigos, algo que suele hacer cada año el tenista durante sus vacaciones, ya que permite elegir una configuración de tres o cuatro camarotes con baño propio y sólo necesita a dos personas para sus travesías. Además en la proa hay un agradable 'chill out'.
Su nueva adquisición ha sido bautizada con el nombre de Beethoven y le ha costado cerca de tres millones de euros. El tenista ya lo tiene amarrado en el Club Náutico de Porto Cristo, de Palma de Mallorca. Con él podrá satisfacer sus deseos de navegar, ya que es un gran apasionado del mar y la navegación.
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