Mientras los particulares se manifiestan en las calles por la caída de precio de las participaciones preferentes y las discutidas ofertas de canje por parte de las entidades emisoras, los inversores institucionales han entrado en este mercado en los últimos 2-3 meses con excelentes retornos. El cliente de sucursal bancaria no se ha beneficiado de eso, claro.
Los institucionales están logrando ganancias pingües y rápidas, entrando en un activo muy depreciado con la expectativa de una recompra al alza. El que estuviera en estos productos desde el inicio protesta (con o sin razón) porque le aplicarán un canje mediante el cual recuperará el principal aunque con determinadas condiciones de permanencia, pero el que haya entrado recientemente, tiene una importante plusvalía asegurada. Los gestores de carteras, de fondos de inversión y hedge funds, o responsables de propietary trading de entidades financieras son los que han realizado estas operaciones especulativas.
Algunos datos son ilustrativos. En el mercado Send, donde cotizan las preferentes españolas, en enero y febrero los volúmenes de contratación se han disparado. En febrero, por ejemplo, se negociaron casi 10 veces más operaciones que en diciembre y la cifra de negocio se multiplicó por 5. Una repentina explosión.
En este mercado indican que el incremento tan notable de la contratación se debe a las ofertas de canje pero sobre todo al arbitraje realizado por inversores sofisticados, que han tomado posiciones comprando activos que cotizaban por debajo del 50% de su nominal, con la expectativa de una recompra o una mejoría clara del mercado. Ambas circunstancias se están dando.
Una buena vara de medir esto, por ejemplo, está en el único fondo de inversión que se dedica a este segmento, Foncaixa Participaciones Preferentes, heredado de Bankpime, que repunta alrededor del 20% desde finales del pasado año.
Todo a favor
Un director de inversiones de una banca privada indicaba que “se han conjugado varios factores a favor de estos instrumentos, que, efectivamente, el año pasado cotizaban incluso por debajo del 20% en algunos casos”. En primer lugar, “la inyección de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) del LTRO volvió a dar mucha financiación a los bancos, lo que enseguida dejó claro que iba a ser aprovechada para recomprar activos 'comprometidos' a precios muy bajos, saneando así sus balances”.
Otro gran impulso supuso el hecho de que la autoridad bancaria europea (EBA) cambiara su criterio e indicara que las preferentes dejaban de computar como capital para la banca “por lo que ya estuvo clarísimo que se desataría un proceso de recompra de estos activos”.
Y a eso hay que unirle, en España, un proceso de fusiones contra reloj “que ha permitido que unas preferentes de Unnim, de repente, pasen a ser de BBVA, por ejemplo. Esto no es del todo así, pero mejora claramente la percepción”, señalaba el experto. No en vano, cada emisión de preferentes tiene su rating asignado y algunas fusiones supondrán una mejoría implícita de la calificación crediticia.
En varias entidades de banca privada internacionales con fuerte presencia en el mercado doméstico reconocían ayer haber tomado posiciones en estos activos durante en las últimas semanas o meses. El arbitraje está claro: casi todas las preferentes aseguran al menos el 70% de nominal de entrada. Una ineficiencia de mercado clara, detectada sólo por profesionales y de las que casi nunca se beneficia un particular, salvo que sea cliente de alto standing. Al particular no le van a ofrecer nunca en ventanilla este tipo de operaciones, entre otras cosas porque es muy arriesgada y se suelen reservar para VIPs.