La reunión del ministro de Economía con los presidentes de los tres grandes se celebró en secreto ante la impaciencia de Botín, González y Fainé por el retraso en la solución que el Gobierno estaba pensando para Bankia. En dicho encuentro, Guindos les adelantó que la inyección de dinero público en la entidad se haría después de asegurar una nueva gestión al frente de la misma.
Las mismas fuentes informan que el golpe de mano del Gobierno en Bankia estaba pensado para hace dos fines de semana, pero fueron las condiciones impuestas por José Ignacio Goirigolzarri las que retrasaron el proceso. El ex BBVA rechazó en un primer momento sustituir a Francisco Verdú como consejero delegado de Bankia, pero no le hizo ascos a convertirse en presidente, como finalmente va a suceder.
Entre las condiciones impuestas por Goirigolzarri a Guindos para auparse al frente de la entidad financiera figura la renovación de todo su consejo de administración, así como de algunos cuadros intermedios que accedieron a Bankia con la llegada de Rodrigo Rato.
Guindos ha querido desde el primer momento separar el problema Bankia del resto del sistema
Fuentes gubernamentales informan que desde el primer momento Guindos ha querido separar el problema de Bankia del que arrastra el resto del sistema financiero, pues para este último se intentará dar solución en el Consejo de Ministros del viernes. Esto es también lo que le ha pedido al ministro en las últimas semanas la Comisión Europea, cuya lupa será trascendental a la hora de dar luz verde al decreto que el Gobierno aprobará el viernes para facilitar un saneamiento drástico de los activos dañados ligados al sector inmobiliario.
Bankia está siendo la protagonista absoluta de la jornada del lunes. A primera hora de la mañana, en su primera entrevista concedida a un medio de comunicación español, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy dejaba la puerta abierta para dar ayudas públicas a Bankia como se ha confirmado pocas horas después: "Si es necesario y como último recurso yo no renunciaría" a poner dinero público en la entidad de Rato.
Pocas horas después se empezaban a conocer los detalles de la ayuda del Gobierno al banco, que finalmente será de unos 7.000 millones de euros aunque podría aumentar, teniendo en cuenta el elevadísimo riesgo inmobiliario que tiene la entidad y que se acerca al 3% del PIB español.