El sector de energías renovables centrarán las desinversiones de ACS en los próximos meses, en los que el grupo de construcción y servicios quiere poner en el mercado activos de esta área que mantiene en cartera por valor de unos 750 millones de euros. La compañía que preside Florentino Pérez prevé deshacerse mayoritariamente de activos ya maduros y aprovechar el auge de algunas tecnologías, especialmente la fotovoltaica.
No obstante, entre los activos a los que ha colgado el cartel de "se vende" también se encuentra el parque de eólica marina de Kinkandine, situado en las costas de Escocia, que se puso en marcha recientemente. Actualmente, ACS tiene una participación mayoritaria en la instalación, próxima al 90%, pero pretende reducirla de forma significativa, para quedarse como socio minoritario.
En el informe anual que el grupo presentará a sus accionistas en la próxima junta general, que se celebrará el próximo 10 de mayo en Madrid, ACS detalla el sustancial incremento experimentado por las participaciones dispuestas para la venta, "sobre las que existe una decisión formal de venta" en los próximos doce meses, en relación con las clasificadas bajo este epígrafe al cierre de 2017.
En el caso de los activos relacionados con las energías renovables, la cifra se ha incrementado en casi 600 millones de euros y alcanza los 750 millones, cerca de tres cuartas partes de la totalidad de activos que están clasificados como disponibles para la venta (junto a líneas de transmisión y otros pertenecientes a la división de servicios industriales.
Aprovechar el auge de la fotovoltaica
En el caso de las plantas situadas en España se trata de activos maduros, la mayoría de los cuales se enmarcan en la tecnología fotovoltaica, sin duda la más pujante en la actualidad y para la que se prevé un mayor crecimiento en el Plan Integrado de Energía y Clima (PIEC) recientemente aprobado por el Gobierno y remitido a la Comisión Europea. En concreto, el documento prevé que la actual potencia instalada relacionada con este tipo de tecnología se multiplique por nueve en 2030, fecha de fin de vigencia del PIEC.
La apuesta de ACS por las energías renovables se mantiene pese a esta rotación de activos, que ya se inició el pasado año con la venta de su filial Saeta Yield, que agrupaba la mayoría de sus activos en este sector. El grupo fue uno de los grandes protagonistas de la última subasta de renovables promovida por el Gobierno de España, celebrada en 2017, en la que obtuvo un total de 1.550 megawatios, todos ellos de fotovoltaica, a desarrollar en los próximos años.
En los últimos años, ACS se ha deshecho de activos relacionados con la energía, con especial incidencia en las líneas de transmisión en el exterior, principalmente en Brasil, un área en la que hizo un esfuerzo inversor a finales de la pasada década, al mismo tiempo que comenzó a apostar con fuerza por las renovables en España, con centrales como las de Manchasol.
En 2018, ACS culminó la operación de compra de Abertis, que llevó a cabo junto a la italiana Atlantia, y que ha supuesto para el grupo un desembolso de 3.500 millones de euros, aunque ha recuperado la mayor parte de esta cantidad a través de la transmisión a la concesionaria italiana de un participación del 24% de Hochtief, la filial alemana del grupo de construcción y servicios.