Son dos de los países con mayor fuerza en la industria de la automoción, fruto de las múltiples marcas con que cuentan, y dominan la combustión por encima de todas las tecnologías. Y es que marcas como las alemanas Audi, BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen; o las italianas Fiat o Ferrari, han sido durante décadas referentes en el sector de automóvil. Sus turismos de gasolina o diésel han marcado las ventas no sólo en Europa, sino también en mercados como Estados Unidos o Asia.
Por ello, la llegada del fin de este tipo de motores planteada por la Unión Europea está levantando muchas suspicacias entre los principales fabricantes. Aunque están plenamente involucrados desde hace tiempo en el coche eléctrico, ven esta transformación demasiado forzada.
Por ello, y ante la presión de Alemania e Italia principalmente, la Unión Europea ha vuelto a aplazar la votación del acuerdo, para que a partir de 2035 solo puedan comercializarse en la territorio europeo vehículos que no emitan CO2. Y es que Alemania exige entre otras cosas más garantías para los motores de combustión que usen combustibles sintéticos limpios.
Así, los embajadores de los Veintisiete han decidido posponer la decisión sobre el objetivo de emisiones de los automóviles para 2035 –una decisión que los ministros comunitarios tenían previsto tomar hoy martes– a una reunión posterior del Consejo.
El pasado junio, cuando los ministros de los Veintisiete debían fijar su posición antes de entrar a negociar con el Parlamento Europeo, la fecha de 2035 había generado una pequeña crisis política en el Gobierno de coalición de Berlín, donde las sensibilidades de ecologistas y liberales difieren.
Finalmente, Alemania aceptó esa fecha pero, con el apoyo de Italia, consiguió el compromiso de que la Comisión Europea prepararía en 2026 una propuesta para que se puedan matricular aún vehículos con motor de combustión a partir de 2035, siempre que utilicen combustibles sintéticos de cero emisiones contaminantes, combustibles producidos con agua y CO2, con lo que no emiten dióxido de carbono adicional y no tienen huella de carbono.
La Comisión, que se define como "tecnológicamente neutral”, no entra en el tipo de motor que deben tener los vehículos, pero el desarrollo actual de la tecnología invita a pensar que el parque móvil estará dominado por vehículos eléctricos o de hidrógeno, desplazando al motor de combustión.
Los combustibles sintéticos de cero emisiones "hasta hora no parecen muy realistas porque parecen prohibitivos en términos de costes", dijo entonces el vicepresidente de la Comisión Europeo para el Pacto Verde, Frans Timmermans.
Con esa cláusula, el pacto entre las veintisiete capitales salió adelante y el Consejo de la UE alcanzó un acuerdo con el Parlamento Europeo que fue aprobado por el pleno de la Eurocámara el 14 de febrero y ahora debía recibir la luz verde formal de los Estados miembros, un trámite que rara vez plantea problemas.
¿Sí a los combustibles sintéticos?
Pero Alemania quiere que Bruselas se comprometa de una manera más explícita sobre la viabilidad de los motores con combustibles sintéticos más allá de 2035. La portavoz de la Comisión Europea, Dana Spinant, dijo que el Ejecutivo comunitario "está comprometido a implementar cuidadosamente" la evaluación pactada para 2026 y que está en contacto con los Estados para conocer las preocupaciones expresadas más recientemente sobre este punto.
Además de Alemania, Italia se ha posicionado en contra del texto, pese a que en una votación anterior se había pronunciado a favor, cuestionando que se priorice la electricidad para impulsar los coches y no se consideran otras alternativas que podrían, dicen, lograr el mismo objetivo como los biocombustibles.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, ha afirmado a raíz de esta polémica que espera que las conversaciones sobre el fin del motor de combustión se resuelvan "lo antes posible" y señaló que el diálogo con el Gobierno alemán, en este sentido, está siendo "constructivo".
"Es importante un completo apoyo a la libertad de tecnología a partir de 2035 pero también lo es mantener un equilibrio con los objetivos climáticos que asimismo hemos consensuado", dijo en una comparecencia en el Palacio de Meseberg (este de Alemania) con el canciller alemán, Olaf Scholz.
"Seguimos trabajando en ello, pero las conversaciones están siendo muy buenas y constructivas", afirmó, tras participar en una reunión del Consejo de Ministros alemán en la que abordó con el Ejecutivo germano las perspectivas económicas de Europa y de Alemania.
Karl
"Alemania e Italia [..] Berlín y París", escribe el autor. La capital de Italia es Roma, no París.
Techlogic
China aumenta la producción de carbón y flexibiliza la prohibición de importación de Australia. Y Alemania e Italia paralizan la carrera eléctrica. Vamos que hacerse con un coche eléctrico de todas todas es suicidarse. Y para cuando se socialice subirán los precios de la luz hasta equipararlo a los del petróleo, y en ello están.