"Estoy muy agradecido al fútbol, por eso estoy hoy aquí", ha dicho Ángel María Villar en su primera aparición pública desde que se abriera en 2017 una investigación contra él por presuntos pagos irregulares en el seno de la Real Federación Española de Fútbol.
Fuera del cargo de presidente desde entonces y con un interín en prisión, Villar ha reaparecido por primera vez en público en el World Football Summit en una ponencia sobre "desafíos actuales del fútbol".
Entre otras cosas, el expresidente de la RFEF ha reivindicado la importancia y peso de las "competencias nacionales" frente a la posibilidad que baraja la UEFA de instaurar "superligas" continentales. "Las competiciones actuales son muy buenas, hay que buscar fórmulas que solo las mejoren, ha incidido, a la vez que ha desmentido estar en contra del VAR. "Es una ayuda para los árbitros, con más virtudes que errores. Solo que no resuelve todos los problemas del arbitraje".
"Una injusticia"
Bastante más escueto ha sido sobre el proceso judicial que le ha apartado de la RFEF.
"Va para largo, será larguísimo y mis abogados están encargándose de presentar las pruebas correspondientes", se ha limitado a decir por otro lado sobre su caso a preguntas de la abogada deportiva Reyes Bellver, única acompañante de la ponencia.
Bellver trajo a colación luego el caso del expresidente del Barcelona, Sandro Rosell, absuelto de blanqueo de comisiones por falta de pruebas tras un año de prisión preventiva.
"Lo que se ha cometido con él y con su familia es una injusticia irreparable. ¿Pero quién piensa en eso? Nadie piensa en eso hasta que le pasa a uno".
