Las comisiones bancarias han sido en los últimos años el salvavidas de la cuenta de resultados de la banca. En los nueve primeros meses de 2019, por ejemplo, los seis bancos que cotizan en el Ibex obtuvieron un beneficio atribuido de 10.467 millones de euros e ingresaron en concepto de comisiones la nada despreciable cantidad de 16.675 millones, un 59% más.
Hasta la fecha sólo la mitad de las entidades ha rendido cuentas del periodo enero-septiembre de este año, y la situación, lejos de mantenerse, ha empeorado. Entre Santander, Bankinter y Liberbank han ingresado 8.102 millones de euros por comisiones. Si solo se considera la actividad desarrollada en España, la cifra cae a los 2.293 millones, para un margen bruto de 7.000 millones. En estos momentos suponen un tercio de los ingresos de las entidades.
No hay ningún cambio de tendencia. Las comisiones siguen siendo el maná invisible del sector bancario, pero el aumento de las provisiones para hacer frente al parón económico derivado de la covid-19 sigue pasando factura en la cuenta de resultados.
De hecho, en las últimas semanas, la mayor parte de las entidades financieras han anunciado el endurecimiento de las condiciones para alcanzar la condición de “cliente sin comisiones”, que van desde aumentar los ingresos mínimos de las nóminas domiciliadas, hasta exigir la gestión de cinco recibos bancarios, pasando por la obligatoriedad de realizar un determinado número de compras con tarjeta de crédito o el cobro de dos euros por retirar cantidades inferiores a 2.000 euros en la ventanilla del banco, como propone BBVA para el próximo año.
Servicios más baratos
Los bancos españoles siempre han alardeado de que los servicios que prestan a los clientes son más baratos que los de sus homónimos en Europa, especialmente en los países con más peso específico como Alemania, Francia o Italia. Pero no es comparable, toda vez que ningún ciudadano español de a pie va a operar financieramente su día a día desde una cuenta corriente abierta en una entidad en el extranjero. En determinados servicios como subirse a un autobús, hacer una gestión bancaria o realizar una consumición en una cafetería no es posible la competencia con el exterior.
No está siendo un buen año para Banco Santander. El cargo contable realizado en el segundo trimestre por importe de 12.500 millones de euros para actualizar el fondo de comercio y los activos fiscales diferidos lastrará este año la cuenta de resultados. Hasta el extremo de que un beneficio recurrente, sin extraordinarios, de 3.658 millones de euros en los nueve primeros meses del año se ha convertido, con los cargos excepcionales, en una pérdida atribuida de 9.048 millones.
Pero los ingresos por comisiones no han cambiado demasiado. En el tercer trimestre han aumentado un 6,1%, hasta 2.542 millones para el conjunto del grupo. En la actividad vinculada exclusivamente a España, lo han hecho en un 5,1%, hasta 562 millones, para un beneficio de 246 millones en el mismo periodo. Entre enero y septiembre, ascienden a 1.740 millones. En todas las geografías, los ingresos por comisiones han crecido entre el 0,4% de Chile y el 23,2% de Reino Unido, aunque en el conjunto de los nueve primeros meses el saldo es negativo aún.
A cierre de septiembre, las comisiones ingresadas en España por el banco que preside Ana Botín representaban el 33,8% del margen bruto, de los ingresos (5.150 millones), un punto porcentual más que hace un año.
En Bankinter, el 72% de los ingresos del banco provienen del margen de intereses, la diferencia entre lo el banco recibe por el dinero que presta y lo que paga por los depósitos de los clientes. El otro 28% tiene su origen en las comisiones, que en los nueve primeros meses ascendieron a 359 millones de euros (un 3,52% más), para un margen bruto de 1.296 millones y un beneficio atribuido de 220 millones (un 50,5% menos). Según el banco, la tercera parte de las comisiones procede del negocio de gestión de activos. Destaca también el protagonismo que está adquiriendo el negocio de valores, que ha proporcionado 69% millones de euros en el periodo, un 26% más que en 2019.
Donde más se han notado las comisiones ha sido en la cuenta de resultados de Liberbank. En apenas un año, han pasado de representar el 27% de los ingresos a ser el 32,4%. En los nueve primeros meses, los llamados ingresos invisibles han ascendido a 184 millones de euros, para un margen bruto de 567 millones, y eso a pesar de que el tercer trimestre del año ha sido el más desfavorable de los últimos cuatro.