Se activa la sucesión del presidente de Unicaja. Manuel Azuaga, de 76 años, ha comunicado al consejo ordinario de este viernes su renuncia, tal y como habían trasladado a Vozpópuli fuentes financieras. El presidente de Unicaja ya había cedido todos sus poderes ejecutivos en septiembre a favor de su mano derecha y nuevo consejero delegado, Isidro Rubiales.
La entidad ha confirmado la salida del presidente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). "El Sr Azuaga ha señalado que, una vez culminada en todos sus aspectos la fusión con Liberbank, finalizado el periodo transitorio previsto en la misma, así como culminados distintos procesos en el ámbito de la gobernanza de la sociedad con los acuerdos adoptados en la Junta General Extraordinaria celebrada recientemente, es el momento idóneo para su relevo en el cargo y poner fin a su carrera desarrollada en Unicaja desde su constitución en el año 2011, y en las entidades que lo precedieron, desde 1986", reza el comunicado.
Azuaga había sido reelegido en 2022 como consejero hasta abril de 2025, pero el banquero quiere dejar resuelta su sucesión en la junta general de accionistas prevista para la próxima primavera. Antonio Carrascosa, exdirector general del Frob y consejero independiente del banco desde el pasado verano, es el mejor posicionado para tomar las riendas como presidente institucional del sexto banco por activos en España, según fuentes próximas al supervisor.
En plena batalla de poder tras la fusión con Liberbank, Azuaga, que fue nombrado presidente ejecutivo en junio de 2016, ya transmitía a su círculo más cercano que no tenía intención de agotar su mandato como consejero, según fuentes internas de Unicaja.
La sucesión de Azuaga se abordará con el Banco Central Europeo (BCE) en los próximos días. Como publicó este medio, un equipo del supervisor único visitará Málaga antes de fin de mes para reunirse en privado con la cúpula de la entidad.
Dudas por la integración de Liberbank
La reunión con el BCE llega en medio de las dudas sobre una posible brecha de seguridad tras la integración tecnológica de Liberbank y que provocó fraudes masivos a clientes. El caso ya está encima de la mesa de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), que investiga si efectivamente se produjo una fuga de información confidencial tras la integración.
La batalla de poder que culminó con la salida de Menéndez tuvo consecuencias para el negocio del banco, que ha perdido cerca de 18.000 millones en activos en un año. Esta reducción de balance equivale al 37% del tamaño que aportó Liberbank tras la fusión en 2021.
