Nuevo frente de la banca en Francfort. A la espera de que el Banco Central Europeo (BCE) emita una opinión sobre el 'impuestazo', las entidades españolas se mueven para evitar un estallido de la morosidad ante la inflación descontrolada y la amenaza de recesión económica. Las patronales AEB y CECA negocian con el supervisor único relajar la normativa sobre provisiones para reeditar las moratorias hipotecarias de la era Covid, según distintas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
Con la regulación bancaria actual en Europa, una moratoria en el pago de las cuotas hipotecarias obligaría a reclasificar estos créditos bajo vigilancia. Se incluirían en lo que en argot financiero se conoce como stage 2 o riesgo computable en riesgo 2 y que no es otra cosa que préstamos al corriente de pago pero que dan señales de deterioro.
El BCE obligaría a dotar nuevas provisiones por estas moratorias, que permitirían aplazar el pago del capital, aunque se abonarían intereses. Los bancos reclaman que se aplique una situación de "excepcionalidad" como ocurrió durante la pandemia. "Los malos augurios económicos por la guerra justifican cualquier refinanciación de hipotecas, sea en la modalidad que sea", defiende un alto directivo próximo a las patronales. El FMI acaba de rebajar las previsiones de crecimiento para España en 2023 y estima que Europa combine un crecimiento mínimo con una inflación desbocada.
El BCE es quien tendría la llave, aunque la luz verde a la decisión la tendría que dar la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), que es el regulador encargado de desarrollar y aplicar la normativa bancaria en Europa. Fuentes oficiales de AEB y CECA prefirieron no hacer comentarios al respecto.
Paraguas europeo
Fuentes bancarias señalan que la acción de lobby se enmarca en un contexto a nivel europeo. "Se busca un paraguas europeo para estar preparados ante los malos augurios", señalan. Las conversaciones con el supervisor único se desarrollan de forma paralela a las que también mantiene el Gobierno.
El cambio de paso en la política monetaria para atajar la inflación está provocando un rally en el euribor. El principal indicador al que están referenciadas las hipotecas en España cerró septiembre en máximos desde 2009, por encima del 2,2%. Son seis meses ya encadenando subidas, lo que se traducirá en un encarecimiento de la cuota hipotecarias de más de 200 euros. En el sector se calcula que alrededor de un millón de hipotecas variables son vulnerables en un momento de debilidad económica y crisis de precios.
Las entidades planean otras fórmulas para cubrirse ante el riesgo de impago. Como publicó El Periódico de Catalunya, CaixaBank ha propuesto congelar las cuotas hipotecarias durante un año para amortiguar la inflación descontrolada y el debilitamiento del crecimiento.
El BCE, en una encrucijada
En caso de que se relajaran las provisiones para dar moratorias, el BCE se encontraría en una encrucijada al coincidir en el tiempo con el 'impuestazo'. Pedro Sánchez quiere recaudar unos 3.000 millones de euros en 2023 y 2024 por los "beneficios extraordinarios" provocados por las subidas de tipos hasta el 1,25%, de momento. En ese sentido, en el sector se considera que el BCE podría endurecer su discurso contra el nuevo gravamen si asume una relajación de provisiones en aras de garantizar la estabilidad financiera, que es su principal mandato.
El supervisor único tiene previsto pronunciarse en las próximas semanas sobre el 'impuestazo'. El Gobierno se ha abierto a corregir la proposición de ley registrada en el Congreso por el Grupo Socialista y Podemos durante la tramitación parlamentaria, cuya fase de enmiendas se ha ampliado varias veces.
Mientras se apuran las negociaciones, los supervisores insisten en recetar más provisiones como medida de protección ante la incertidumbre económica. La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, pidió ayer a la banca europea que sea prudente y garantice niveles de provisiones que tengan en cuenta los escenarios más adversos.