El Banco de España no quiere bajar la guardia. En medio del debate para que los bancos reabran el crédito promotor, el supervisor pide “reforzar la monitorización” de las exposiciones al ladrillo del sector bancario. Y cifra en 113.000 millones de euros los préstamos a empresas ligadas a la promoción inmobiliaria y de la construcción a finales de 2023.
Supone un peso del 8,3% sobre el total de la financiación bancaria al sector privado (familias y empresas) en España. Aunque el Banco de España mantiene la cautela por dos razones. La primera es que la mayor parte corresponde a operaciones a tipo de interés variable (cerca del 70% del total), por lo que al cierre del año pasado estas empresas ya habrían absorbido, en buena medida, el aumento de los tipos de interés asociado al ciclo de endurecimiento de la política monetaria del BCE.
"El saldo de crédito a promotoras y constructoras acumula un desplome superior al 80% desde 2008
Y la segunda, porque los riesgos de refinanciación “parecen contenidos, al menos a corto plazo”. Algo más del 90% de la deuda bancaria de las empresas de este sector inmobiliario tiene un vencimiento residual superior a un año.
Detectar la acumulación de riesgos
“Es aconsejable reforzar la monitorización de las exposiciones inmobiliarias del sector bancario, con el fin de mejorar la capacidad de detectar la posible acumulación de riesgos y medir mejor el impacto de su potencial materialización”, enfatiza, no obstante, el Banco de España en su último financiero sobre estabilidad financiera.
El Gobierno quiere agilizar las licencias a las promotoras como medida estrella para bajar el precio de las viviendas. Aunque los bancos muestran sus cautelas y garantizan que mantendrán los criterios de aprobación de préstamos en función de sus modelos de riesgos como dique de contención, según fuentes financieras. Las entidades siguen teniendo muy presente el fantasma de la crisis de 2008.
De hecho, el saldo de crédito a la promoción y construcción acumula ya una caída superior al 80% desde los niveles de 2008, según datos actualizados del Banco de España. Desde el inicio de la crisis del Covid, el descenso ha sido del 17%, con lo que la corrección se profundizó desde el desplome del 76% registrado entre 2008 y 2019.
Incertidumbre pos las guerras
El Banco de España identifica la situación geopolítica como la principal amenaza para la estabilidad financiera, justo cuando este fin de semana Irán atacó a Israel y la sombra de una guerra a mayor escala se extiende por el mundo. Sobre todo apunta al riesgo de mantener la presión sobre los precios de las materias primas, el gas y el petróleo, que podría aplazar la reducción de la inflación.
“Se mantiene el potencial de las tensiones geopolíticas para perturbar negativamente el comercio de energía y de otras materias primas —y de forma más general el tráfico de mercancías— y para provocar descensos abruptos de los precios de los activos financieros con riesgo. En la medida en que estas tensiones se traduzcan en un mayor grado de incertidumbre económica, su impacto sobre la actividad podría ser significativo”, advierte el supervisor.
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El BCE no dice más que bobás