Nerviosismo entre los banqueros por el impuestazo. Hacienda y Economía trabajan a fuego lento el diseño para convertir el gravamen extraordinario en permanente, y los grandes inversores se impacientan. Así lo transmiten en los road shows que mantienen de forma habitual con los bancos, en los que “cada vez preguntan más” si habrá un gravamen irreversible y cómo impactará en el sector, según trasladan a Vozpópuli fuentes financieras.
El Gobierno prepara una nueva versión a partir de 2025, último año en el que las entidades tendrán que pagar el impuesto extraordinario por los ingresos registrados en este ejercicio. Trabaja para incluir también a ING y otros bancos extranjeros y cajas rurales, como publicó este medio. Una posición que también defiende el Banco de España para repartir la factura de entre 1.000 y 1.500 millones entre más entidades.
"El FMI se ha sumado al Banco de España y al BCE para reclamar al Gobierno que cambie el impuesto al estilo italiano para reforzar la solvencia del sector
“Los inversores quieren saber ya si habrá impuesto permanente y cómo será”, advierte un director financiero de uno de los grandes bancos del Ibex. De hecho, a los grandes fondos de inversión les preocupa en estos momentos más el futuro del gravamen que la inestabilidad política, según las fuentes consultadas.
Tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo (BCE) están poniendo encima de la mesa también la necesidad de que las entidades puedan trasladar a los clientes el coste del impuesto, como fija la normativa bancaria internacional.
Presión de los supervisores
La presión irá a más en función del nuevo diseño, puesto que el supervisor único saldrá nuevamente al paso si Pedro Sánchez convierte el gravamen que iba a ser extraordinario en permanente, como tiene previsto pese al contratiempo de renunciar a los Presupuestos de 2024. En un nuevo dictamen, que no es vinculante, volverá a instar a los bancos a que trasladen al cliente los costes de la tasa.
"La patronal bancaria se queja de que imponer una tasa perpetua situaría al sector bancario español en una clara desventaja competitiva respecto a las entidades europeas
Los supervisores empujan además para modelar el impuesto al estilo del elaborado por Georgia Meloni en Italia, que permite excluir las dotaciones destinadas a reforzar el capital. Así lo han defendido en varias ocasiones en público Luis de Guindos y Pablo Hernández de Cos, vicepresidente del BCE y gobernador del Banco de España, respectivamente. Incluso el FMI ha abogado por este modelo en su última revisión de la situación económica en España, con el fin de reforzar los colchones de capital anticíclicos.
“El modelo italiano ha sido una salida inteligente porque facilita la capitalización de las instituciones bancarias”, afirmó Guindos recientemente. En Fráncfort, según fuentes financieras, se asume como “mal menor” un rediseño del impuesto, que desde que Sánchez anunció por sorpresa su plan en julio de 2022 se descontaba que acabaría convirtiéndose en irreversible.
Críticas de los bancos
“Sería una clara desventaja competitiva hacerlo permanente”, se quejó sin ambages Alejandra Kindelán, presidenta de la patronal bancaria AEB, este mismo viernes. Kindelán criticó que España se convertirá en el único país del entorno europeo con un gravamen permanente, en línea con la advertencia de Ana Botín, presidenta del Santander, a finales de enero.
Aunque también es cierto que Sánchez se anticipó al resto de países europeos con un impuesto extraordinario a los bancos por las subidas de los tipos y posteriormente le siguieron otros países, como Italia.
La patronal bancaria se queja de que el Gobierno planee convertir en perpetuo el impuesto en un momento convulso como el actual, en el que existen riesgos geopolíticos por las guerras en Ucrania y Gaza, y por las elecciones en Estados Unidos, y también incertidumbre económica por los retos de afrontar un crecimiento moderado en plena rebaja de los tipos. “Hay necesidades de financiación de billones de euros en Europa”, reivindicó Kindelán para poner en valor el papel de los bancos.
Pelosi
Los bancos son empresas propiedad de extranjeros que abusan de los clientes españoles con tipos de usura, cláusulas suelo, retrasos en las transferencias y todo tipo de abusos con los avales del ICO. Se forran y se llevan sus beneficios a sus países de origen dejando aquí un Impuesto de Sociedades con tipos mucho más bajos que el resto de las empresas. Les da igual la calidad de la democracia o la salud de la economía, a ellos lo único que les importa es la cuenta de resultados. Hay que regular a la banca y poner coto a sus desmanes.