Banco Popular avanza en la venta de sus dos joyas de la corona mientras se aclara su propio futuro. La entidad presidida por Emilio Saracho ya tiene prácticamente cerrada la venta de su filial norteamericana Totalbank al grupo chileno BCI. Y además ha hecho progresos en el posible traspaso de su 49% en WiZink, la filial de tarjetas que creó con su negocio, el de Citi y el de Barclays en España.
La operación más clara es la de Totalbank, que desde hace semanas negocia en exclusiva con BCI. Según fuentes próximas al acuerdo, éste ya está hecho y sólo está pendiente de que se apruebe por las respectivas entidades. Este mismo miércoles hay consejo de administración de Popular, por lo que podría haber novedades al respecto.
La operación podría rondar los 500 millones de dólares, unos 450 millones al cambio actual. UBS es el banco asesor de esta desinversión, con la que Saracho quiere aprovechar las atractivas valoraciones actuales de los bancos norteamericanos. BCI es un viejo conocido de la banca española, ya que ya adquirió el City National Bank of Florida (CNBF) a Bankia. La familia Yarur, dueña de esta entidad, reconoció que estaba estudiando la operación hace ya un mes.
Una de las claves de esta operación es que aunque se anuncie ya, las autorizaciones en Estados Unidos son lentas, por lo que Popular tardaría meses en recibir el dinero pactado. Y los calendarios regulatorios hacen que la entidad necesite este capital antes de final de año, en caso de que quisiera seguir siendo independiente.
El futuro de WiZink
La venta de WiZink está más abierta. Banco Popular participa en la antigua Bancopopular-e junto al fondo norteamericano Värde Partners, que tiene un 51% del capital. Al tener la mayoría del capital, este inversor tiene la sartén por el mango en la posible venta de WiZink, en la que hay varios interesados que han contactado con el asesor, Bank of America Merrill Lynch. En el mercado se estima que Popular podría conseguir hasta 1.000 millones por su participación.
Sin embargo, el traspaso de esta filial está más en el aire ya que el equipo de Saracho no prevé tomar una decisión al respecto a corto plazo, dejando esta determinación al futuro comprador del banco, en caso de que salga adelante la subasta en marcha. En caso contrario, la venta de WiZink serviría para apoyar el plan B con una ampliación de capital.
El plazo marcado para los interesados (Santander y Bankia, a la espera de BBVA) es el 10 de junio. Si se impone alguno de estos grupos tendrá que decidir que le conviene más, el capital que podría aportar WiZink o los ingresos al alza que reporta esta filial.