Se agranda la brecha en el Banco de España por el caso Bankia. Ha sido una semana intensa en el seno del regulador, primero con la publicación del tercer informe de los peritos (el lunes) y después con el auto de transformación del juez Andreu (el jueves), que acordó absolver a los exdirectivos del Banco de España y la CNMV.
Todos estos acontecimientos han alejado las posiciones de los dos frentes del Banco de España. Por un lado, la cúpula y los mandos intermedios, que consideran que a los peritos, los inspectores Antonio Busquets y Víctor Sánchez Nogueras, y al inspector de los polémicos correos, José Antonio Casaus, se les ha ido de las manos las críticas. Y por el otro, desde el entorno de estos inspectores consideran que han hecho lo mínimo dado el ataque que vienen recibiendo en los últimos años.
Se trata de un enfrentamiento histórico, que viene de los años 2000 ante las quejas de los inspectores alegando que lo que lo que detectaban en la supervisión de las entidades se suavizaba cuando llegaba a la Comisión Ejecutiva. Con la crisis, este choque se agudizó con distintas quejas por parte de la Asociación de Inspectores. Y todo fue a peor con el caso Bankia.
La elección de Busquets y Sánchez Nogueras y, sobre todo, su primer trabajo pericial en 2015, provocaron críticas indirectas por parte de las más altas esferas del Banco de España. Las críticas llegaron a través de un escrito solicitado por el Frob, en cuya Comisión Rectora está el regulador, y por un informe pedido por un juzgado de Navalcarnero. En dichos informes, distintos departamentos del Banco de España ponían en cuestión el eje de los trabajos de los peritos.
Quejas
Desde el entorno de estos dos inspectores, consideran fuera de lugar que "sus jefes hayan estado desautorizándoles con informes". Lo mismo ven con Casaus, cuyos correos fueron puestos en entredicho por los exdirectivos del Banco de España imputados en el caso Bankia. "Nadie dice nada de los otros diez inspectores de su equipo que decían lo mismo que Casaus", sobre la inviabilidad de Bankia.
Mientras, desde la cúpula del Banco de España el malestar se debe principalmente al último informe de los peritos, en el que había mensajes directos que podían comprometer penalmente a directivos y exdirectivos. Así, los peritos insinuaban que el regulador había ocultado "información sensible al juez". Además, ponían en cuestión "las artimañas" de exdirectivos como Pedro González, imputado hasta hace poco en el caso Bankia. Junto a ello, los peritos hablaban de "ataques mediáticos" que, daban a entender, salieron de la institución liderada por Luis María Linde.
Lo que más molesta en la cúpula regulador son dos consecuencias de esta guerra: la mala imagen que está transmitiendo la institución; y que el escándalo se haya llevado por delante, al menos de momento, la carrera de Mariano Herrera, ex director general de Supervisión; Pedro Comín, ex director general adjunto; y González, que lideraba el Grupo IV de Inspección.
En la cúpula del BdE ven a los peritos y a Casaus culpables de la imputación ya archivada de directivos a los que ya no se puede recolocar
De hecho, tras el archivo de las imputaciones contra estos tres exdirectivos y los otros cinco exsupervisores, hay mucha expectación en el regulador por ver dónde se les va a recolocar. Las fuentes consultadas por este medio ven complicado que encuentren acomodo tras la última reorganización de la cúpula y hasta que se sepa si la Sección Tercera de la Audiencia cambia el criterio del juez Andreu de absolverles. Por ello, va ganando fuerza la teoría de que Herrera, Comín y González encontrarán puestos intermedios como asesores o saldrán de la institución.
El epílogo del caso Bankia supone un punto y seguido más que un punto y final dentro de esta guerra civil. Todavía queda el juicio y la Comisión de Investigación del Congreso, en la que el papel del regulador volverá a estar bajo el foco.