La posible venta de Banco Popular va a dejar sin puente de San Isidro a más de un banquero. Las negociaciones para una operación corporativa se han acelerado en las últimas horas, y los equipos financieros de los principales bancos trabajan a contrarreloj para analizar las tripas del Popular (data room).
Salvo que el Gobierno y el Banco de España insten a acelerar la solución, la fecha marcada en rojo es durante la próxima semana, cuando las entidades interesadas deben presentar oferta no vinculante, tal y como adelantó este medio. Aun así, el regulador ha decidido dejar un equipo de guardia durante estos días.
Las posiciones están todavía muy alejadas, ya que desde los grandes bancos se ha transmitido a Luis de Guindos la necesidad de que haya garantías públicas de unos 2.000 millones en la operación, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. Sería para cubrir los posibles litigios de accionistas que se generen por el desplome de la acción y todo lo que ha ocurrido alrededor del banco en los últimos meses. Desde Economía no hacen comentarios al respecto. El único mensaje oficial es el lanzado por la secretaria de Estado de Economía, Irene Garrido, transmitiendo “tranquilidad” a los depositantes del banco.
Sin estas garantías, añaden las fuentes consultadas, el precio que estaría dispuesto a poner sobre la mesa la gran banca sería muy bajo. A finales del año pasado, BBVA ofreció 1,35 euros por acción, lo que valoraba Popular en 5.500 millones. Este viernes cerró la sesión en 0,75 euros por título, con una capitalización de 3.150 millones. Y, según las mismas fuentes, el precio, salvo que mejore el panorama, será sensiblemente inferior al actual, excepto si hubiera garantías.
Desde Popular la visión es radicalmente distinta. En el consejo de la entidad hay quien se arrepiente de no haber aceptado la oferta de BBVA y se da por hecho que si Francisco González vuelve a poner otra, será inferior. Según fuentes cercanas al consejo, hay una parte del núcleo duro de Popular que aceptaría una compra por 1,2 euros por acción, valorando en 5.000 millones el banco. Y hay confianza en que si la oferta no alcanza ese nivel sí que rondará los 1,1 euros por título.
BBVA ofreció a finales de 2016 un precio de 1,35 euros/acción y el núcleo duro pide 1,2 euros/acción aunque se asume que será inferior
Estas fuentes defienden que Popular generaría sinergias por 4.000 millones a la entidad resultante y tiene entre 3.000 y 4.000 en créditos fiscales utilizables en la operación. Junto a ello, el comprador se apuntaría un plusvalías contables al comprar con descuento sobre el valor en libros.
Como arma de negociación, los interesados tienen en su mano cálculos de que Popular todavía tiene un agujero inmobiliario de entre 6.000 y 8.000 millones, que es lo que habría provisionar para dar salida a todo el ladrillo en el mercado mayorista. A eso hay que sumar la rentabilidad que los grandes bancos exigen en sus compras, que según explicó José Antonio Alvárez, consejero delegado de Santander, es del 15%.
"Lo que Dios quiera"
Esta entidad y BBVA son los principales candidatos para quedarse Popular, en el caso de que la vía de la ampliación de capital no resucite, algo que no está descartado al 100%. El interés de BBVA siempre ha sido mayor, y como reconoció su consejero delegado, Carlos Torres, “será lo que Dios quiera”. Mientras, Santander lo estudiará aunque una complicación es la tensa relación entre su presidente, Ana Botín, y el de Popular, Emilio Saracho, que coincidieron en Santander, según fuentes financieras.
Bankia a priori está centrada en la fusión con BMN, aunque en entre los banqueros consultados se ve como la opción favorita de Guindos, sobre todo si hiciera falta apoyo público. Las que de momento se están desmarcando son CaixaBank, centrada en BPI, y Sabadell.