El Banco de España comenzó a dudar de la viabilidad de Bankia en octubre de 2011, tres meses después de su salida a bolsa y siete antes de que pidiera una inyección pública de 19.000 millones, y que se recrudecieron en el primer trimestre de 2012, especialmente cuando el FMI cuestionó su solvencia. Así lo ha expuesto el ex director general de Supervisión del Banco de España, Jerónimo Martínez Tello, durante su testifical ante el instructor del "caso Bankia", Fernando Andreu, al que ha reconocido que, en su opinión, los 7.000 millones de ayuda que pidió Rodrigo Rato en su segundo plan de saneamiento antes de dimitir en mayo eran insuficientes. En su opinión, la cifra debería haber ascendido a entre 9.000 y 10.000 millones.
Martínez Tello ha explicado que las dudas sobre la viabilidad de Bankia nacieron en octubre de 2011 porque no se estaban cumpliendo las previsiones. Según su testimonio, el supervisor era consciente de los dos problemas a los que había aludido Deloitte mientras preparaba su informe a las cuentas de Bankia, relativos a la valoración de Bankia en BFA y los activos fiscales. En este sentido, Martínez Tello, que ha afirmado que no le sorprendió que Deloitte no emitiera finalmente su informe a las cuentas de marzo de 2012, que reflejaban unos beneficios de 309 millones, ha admitido que sabía que la auditora había reclamado a la entidad un informe de expertos independientes sobre estas dos cuestiones, pero que finalmente no se presentó, según informa Efe.
Fue entonces cuando las incertidumbres sobre el grupo se incrementaron, ya que Deloitte advirtió a Bankia de que habría incluido en su informe una salvedad por limitación al alcance y un párrafo sobre sus dudas acerca de la viabilidad. Para BFA, las salvedades habrían sido dos, referidas a los créditos fiscales contabilizados y el valor de la participación de la matriz en Bankia.
A todo ello se vino a sumar el "sorpresivo" y "extrañísimo" avance del Fondo Monetario Internacional, que el 25 de abril de 2012 señaló, sin citarla, que Bankia era "vulnerable" y consideraba "crítico" que para preservar la estabilidad financiera de España, los bancos con escasa capitalización, "sobre todo el mayor de ellos, adopten medidas prontas y decisivas para reforzar sus balances y mejorar su gobernanza".
Solo ocho días antes, el 17 de abril, el Banco de España dio su visto bueno con condiciones a su primer plan de capitalización.
Por otra parte, Martínez Tello ha señalado que no tuvo conocimiento de la reunión entre los presidentes del Santander, Emilio Botín; del BBVA, Francisco González, y de CaixaBank, Isidro Fainé, en el Ministerio de Economía el fin de semana previo a la salida de Rato. No obstante, ha admitido que recibió una llamada del expresidente de Bankia el 3 de mayo en la que le comunicó que había "problemas" con su nueva "estrategia" para que José Ignacio Gorigolzarri, que acabó sustituyéndole en el cargo, fuera el consejero delegado de la entidad. Sobre esa reunión, el secretario general del Banco de España, Javier Priego, ha relatado que se le requirió un informe jurídico sobre la conveniencia de que participara el titular de Economía, Luis De Guindos, pero él consideró que no existió ningún problema legal.
Mientras, el ex director general del FROB Mariano Herrera ha considerado que "pudo haber ocultación" a los consejeros de Bankia sobre su situación aunque lo ha justificado en el posible impacto reputacional que podría haber conllevado.
Por último, ha declarado el inspector del supervisor José Antonio Casaus, autor de un informe de 3 de diciembre de 2010 en el que alertaba sobre el riesgo inmobiliario y refinanciaciones, en el que se ha ratificado afirmando que se "antepusieron los intereses de los consejeros a los de la sociedad", especialmente en materia retributiva. "No era tiempo de repartir bonus. No había excedente", ha recalcado.