Hace tiempo que Rubalcaba y Rato son amigos y ninguno de los dos lo oculta, a pesar de sus lógicas diferencias políticas. Según fuentes del PSOE, la conversación del lunes únicamente tuvo como objeto la expresión de un mensaje de apoyo en el que seguramente fue uno de los tragos más amargos vividos en su vida pública por el aún presidente de la entidad intervenida.
Rubalcaba y el equipo económico del PSOE han seguido muy de cerca la trayectoria de Rodrigo Rato en Bankia, pues su aterrizaje en la entidad en enero de 2010 se formalizó solo tres meses después de que el hoy secretario general del PSOE fuera ascendido por José Luis Rodríguez Zapatero a vicepresidente primero.
Después de hablar con Rato y transmitirle su respaldo a nivel personal, Rubalcaba ha sido el único líder político que ha alzado la voz para emitir un mensaje de tranquilidad a los clientes de la entidad financiera. “Yo tengo mi dinero en Bankia y no voy a hacer nada con mis ahorros”, señaló este lunes.
En fuentes de la dirección del PSOE se hace ver que por parte del Gobierno y del propio Banco de España no se ha dado paso alguno hasta la tarde de ayer para aplacar la posible inquietud de los clientes de Bankia cuando nadie ha aclarado todavía los planes concretos que se preparan para la marca. Sí que optó por hacerlo Rodrigo Rato en la misma tarde del lunes, pocas horas después de anticipar su dimisión, cuando llamó al sosiego a los 10 millones de clientes que trabajan con la entidad a partir de su “robusta situación de liquidez” y de su “muy alto nivel de solvencia”. Ayer tarde, cuando el silencio del Ejecutivo era ya clamoroso, el ministro Luis de Guindos lanzó este mensaje a través de la agencia EFE: "Los clientes de Bankia tienen que estar absolutamente tranquilos porque es una entidad solvente que tiene futuro".
Los grupos parlamentarios de la oposición recelan de las nuevas ayudas públicas a la banca
La mayoría de los grupos parlamentarios eludieron este martes centrar el foco en el problema de Bankia y expresaron sus reservas hacia la posibilidad de que el decreto que el Gobierno aprobará este viernes para sanear los activos dañados de la banca incorpore la inyección de miles de millones en las tuberías del sistema financiero. En caso de que fuera necesaria la convalidación de la nueva norma en el Congreso, el PP la tendría asegurada porque dispone de mayoría absoluta.
El PSOE no dirá su última palabra hasta estudiar la forma en que el Gobierno articula la reforma. Desde CiU se ha advertido que no habrá apoyo al decreto si éste discrimina a unas cajas frente a otras. El PNV ha dejado las puertas abiertas a respaldar el cambio legislativo siempre que exista retorno en las posibles ayudas estatales.