Ha sido un verano activo para Bayer. En apenas algo más de tres meses, el gigante farmacéutico alemán ha cerrado la venta de cuatro de sus filiales, así como su participación mayoritaria en un operador de parques químicos alemán. En total, estas cinco operaciones han reportado a la compañía algo más de 11.300 millones de euros.
Todas estas desinversiones distan mucho de ser casuales. Forman parte de la estrategia de transformación que puso en marcha la compañía tras la adquisición de lo que muchos analistas consideran el peor error de su historia: hacerse con Monsanto el año pasado por más de 57.000 millones de euros.
La primera operación del verano tuvo lugar el 2 de julio, con el cierre de la venta de su negocio de dermatología a la compañía Leo Pharma, por una cantidad que a día de hoy continúa sin conocerse.
Siguiendo esta línea, el 22 julio Bayer llegó a un acuerdo para vender la totalidad del negocio de Dr. Scholl's -una marca especializada en productos podológicos- al fondo de inversión estadounidense Yellow Wood Partners por un total de 521 millones.
Venta de su participación en Currenta
Dos semanas después, el 7 de agosto, la farmacéutica anunció junto a Lanxess que había llegado a un acuerdo con el fondo Macquarie Infrastructure & Real Assets para desprenderse de su participación en Currenta, un operador de parques químicos con sede en Leverkusen.
Macquire adquirirá el 100% de los títulos de Currenta por 3.500 millones de euros. Bayer será la mayor beneficiada del acuerdo, puesto que posee una participación del 60% de Currenta valorada en 1.170 millones de euros. Lanxess, por su parte, controla el 40% restante, valorado en 780 millones de euros.
Más de 6.850 millones por su rama veterinaria
Tan sólo una semana después, tuvo lugar la mayor operación del verano para Bayer. La compañía alemana se desprendió de su rama veterinaria, que contaba con más de 90 años de historia dentro de la empresa. La farmacéutica cerró la venta de Bayer Animal Health a la norteamericana Elanco por más de 6.850 millones de euros, la operación más grande que ha protagonizado este verano.
“La salida del negocio de salud animal representa la mayor transacción realizada como parte de las medidas iniciadas por Bayer en noviembre de 2018”, señaló entonces Werner Baumann, presidente del consejo de administración de Bayer.
La última se ha producido esta misma semana. Ayer, la farmacéutica anunciaba el cierre de la venta de su marca de protectores solares Coppertone, al fabricante de Nivea -el también gigante alemán Beiersdorf- por más de 490 millones de euros. Con la adquisición de esta filial, Beiersdorf ha logrado entrar en el mercado estadounidense de protección solar, así como reforzar su posición en EEUU.
Más de 50.000 millones en pérdidas
En total, todas las operaciones implican una recaudación para Bayer de unos 11.360 millones de euros, sin tener en cuenta el acuerdo con Leo Pharma. Una cifra que dista mucho de cubrir las enormes pérdidas que ha sufrido la compañía desde que se hizo con Monsanto. Según publicaba hace unas semanas el Financial Times, se estima que la compañía ha perdido más de 50.000 millones de euros en Bolsa desde que hizo la compra.
La Justicia estadounidense dictaminó hace varios meses que existe una relación entre el herbicida Roundup de Monsanto y el cáncer. Miles de personas en Estados Unidos demandaron a la compañía norteamericana, ya que alegan que por utilizar su herbicida han sufrido esta enfermedad.
En la actualidad hay más de 18.000 casos pendientes y Bayer podría tener que pagar miles de millones de dólares en indemnizaciones. La última sentencia, a favor de una pareja de California, ha obligado a la empresa a pagar a los afectados más de 2.000 millones de dólares.
Como consecuencia, la reputación de la compañía se encuentra en mínimos históricos, al igual que el valor de sus acciones, que han bajado más de un 50% desde mediados de 2017, mientras que su capitalización bursátil actual es de 52.000 millones de euros, menos de lo que pagó por Monsanto.