La ‘norma Linde’ tiene varias acepciones en el diccionario del sector financiero. Los banqueros lo llaman “recolocar el balance”. Para el ministro Luis de Guindos supone “reconocer la realidad”. En román paladino, aflorar la mora oculta. Con independencia de la opción elegida, la conclusión final al ejercicio de reclasificación de los préstamos refinanciados impuesto por el Banco de España es idéntica: 20.564 millones nuevos en situación de impago en 2013. Un 30% del incremento de la mora oculta del sector recae sobre BBVA. Levantar las alfombras ha obligado al banco ‘azul’ a traspasar 6.239 millones de situación normal a la casilla de morosos durante el pasado ejercicio, según reconocen las cuentas enviadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
A cierre de 2012, antes de la revisión del supervisor, apenas el 29% (8.581 millones) de los préstamos refinanciados de BBVA (28.981 millones) estaban en situación morosa. La ‘norma Linde’ ha revolucionado las cifras en 2013. En tan solo un año, los préstamos refinanciados impagados se han disparado al 50% (14.820 millones) de un saldo global que también ha crecido en 576 millones (29.557 millones). El Santander ha realizado el camino contrario. En su caso, España representa un 60% (32.271 millones) de la cartera reconducida del grupo habiendo experimentado una reducción de 596 millones a lo largo del pasado ejercicio del saldo global.
Si hay una entidad que calca buena parte de las consecuencias que han tenido en el sector la reclasificación de los préstamos refinanciados es BBVA. Sólo uno de cada cuatro euros refinanciados estaban al corriente de pago, al término de 2013, para el sector. En el caso de la entidad presidida por Francisco González supone el 28%. Antes de esta revisión la banca aseguraba que el 42% estaba en buenas condiciones. El 38,4%, según BBVA.
El crecimiento se origina por todo tipo de créditos. “Pero es el segmento de promoción inmobiliaria donde el efecto es más visible: los activos normales caen más del 50% en este sector, mientras que para el resto la caída es de un tercio”. Este comentario del Informe de Estabilidad del Banco de España, en noviembre pasado, delata que había morosidad tapada en el ladrillo, como se temía.
BBVA reconoce que el 78% de sus préstamos renegociados ligados al segmento promotor son ya morosos. Una situación que ha disparado en 2013 hasta el 76%, frente al 44% de 2012, los créditos tóxicos relacionados con empresas de la construcción y promoción inmobiliaria en España, de una cartera de 13.505 millones. De ellos, 8.838 millones se encuentran en situación dudosa (morosa) y 1.445 millones en subestándar, a un paso del impago o con alguna situación puntual de impago. En total, BBVA mantiene 10.283 millones en préstamos promotores en una situación de alto riesgo. Y eso sin contar los 692 millones dados de baja como fallidos (347 millones en 2012) a lo largo del pasado ejercicio.
Buena parte de la cartera de crédito promotor de BBVA en España se encuentra refinanciada, otra de las condiciones impuestas por el Banco de España para considerar un préstamo como moroso. Así, del saldo total de 13.505 millones, algo más de 8.169 millones son fruto de reclasificaciones de operaciones a promotores y constructoras. De ellos, 7.315 millones han sufrido ya algún tipo de impago. A lo largo de 2013, como consecuencia del ejercicio de reclasificación de los préstamos refinanciados al que obligó el supervisor, la entidad presidida por FG incrementó en 2.221 millones los créditos morosos promotores, la misma cantidad en la que descendió su saldo normal y subestándar con respecto a 2012. Además, otros 227 millones de la financiación concedida este sector entró directamente en mora.
A cierre de 2013, la exposición bruta con finalidad inmobiliaria en España alcanzó los 22.760 millones, de los que 9.255 millones corresponden a inmuebles adjudicados, además de los 13.505 millones en créditos ya citados anteriormente.
Las refinanciaciones también han incrementado el volumen de hipotecas dudosas en 1.925 millones durante el pasado ejercicio. Así, del saldo de 82.680 millones, a cierre de 2013, destinados por el BBVA en España a las familias para la compra de vivienda, poco más de 5.000 millones (5.088 millones) se encuentra en situación de impago, frente al saldo moroso de 3.163 millones a cierre de 2012.