Caixa Catalunya prestó o invirtió desde 2007 alrededor de 5.450 millones de euros sin justificar a varias constructoras entre las que se incluyen dos controladas por los empresarios Felip Massot y Carlos Sumarroca, "testaferros de Jordi Pujol y Artur Mas", tal y como les calificó Javier de la Rosa, financiero y expresident de la HGeneralitat, ante la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef).
La entidad presidida hasta su rescate por Narcís Serra financió a estas empresas afines al actual presidente de la Generalitat y a Pujol aún a sabiendas de que se hallaban técnicamente en quiebra o en situación concursal, informa este lunes el periódico 'El Mundo'.
Según un análisis del partido Candidatura d'Unitat Popular (CUP), el mismo que presentó una querella por los multimillonarios sueldos que el Consejo de Administración de Caixa Catalunya se autoadjudicó pese a estar en la ruina, "se vendieron sociedades a grupos de la oligarquía económica a precios muy por debajo del coste declarado".
En concreto, Caixa Catalunya "inyectó 150 millones al empresario Luis Casamitjana, acusado por el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz de los delitos de asociación ilícita, blanqueo de capitales, tráfico de influencias y fraude a la Hacienda Pública".
En lo que respecta a los supuestos testaferros de Mas y Pujol, la entidad en la que el FROB tuvo que invertir 14.000 millones para su salvación vendió a Sumarroca por diez millones de euros su participación en la sociedad de autopistas Cedinsa a pesar de que la valoraba en 30 millones. Y no sólo eso, también le dio "decenas de millones en préstamos privilegiados y le refinanció sistemáticamente su deuda".
El caso más significativo que señala 'El Mundo' es el de Vertix, el grupo inmobiliario de Felip Massot. "Su compañía fue regada con generosos préstamos desde 2007 a 2010, pese a estar técnicamente quebrada". Es más, en 2011 y con el rescate a Caixa Catalunya prácticamente a punto, la caja se quedó con la propiedad a través de diversas ampliaciones de capital. "Al íntimo amigo del presidente de la Generalitat se le benefició con al menos 300 millones de euros", zanja el periódico, haciendo referencia también a la adquisición del 50% de la constructora cordobesa Prasa por otros 150 millones, así como la jugada similar que se efectuó con el arruinado Habitat o con Torca, relacionada con el convergente Mateu Hernández, al que compraron un solar por 50 millones en Varsovia.