El Gobierno aprobó para 2017 una subida histórica del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Fue una de las condiciones que puso el PSOE para apoyar los nuevos objetivos de déficit tras la última revisión de Bruselas. La subida mejorará la situación de miles de personas, pero preocupa y mucho a algunos organismos económicos y servicios de estudios.
El del BBVA (BBVA Research) acaba de elaborar un informe en el que calcula el impacto que tendría trasladar esa subida salarial a otros sueldos. Y avisa: si se extiende a los sueldos que hoy en día doblan el SMI, es decir, los que rondan los 1.300 euros (los más habituales en España), el empleo podría caer un 2% y el PIB contraerse un 1,4%.
En cualquier caso, el informe comienza reconociendo que la literatura empírica española sugiere que los efectos sobre el empleo de los aumentos en el SMI durante las últimas décadas han sido limitados. Así que todo apunta a que la subida del 8% en sí tendrá poco impacto sobre el PIB y sobre el empleo.
Las consecuencias de el trasvase de estas subida a otros sectores podrían ser severas
En concreto, BBVA cree que esta "perturbación salarial" tendrá efectos imperceptibles a corto plazo, pero podría reducir una décima el PIB y dos el empleo a largo plazo si no se vincula a la evolución de la productividad. Y las consecuencias podrían ser "severas" si esta subida se transmite al resto de la distribución de salarios.
Si se llega a este punto, el nivel de empleo podría caer un 2% y el PIB un 1,4% a largo plazo, algo peligroso en un escenario en el que tanto el PIB como el empleo irán perdiendo fuerza en los próximos meses. En 2016, la economía creció un 3,2% y el empleo aumento un 2,9%.
Lo que sí tiene claro el banco es que el impacto puede ser significativo para los trabajadores más vulnerables. ¿Por qué? Porque el porcentaje de empleados que perciben un salario menor o igual al SMI es comparativamente elevado entre las mujeres, los jóvenes, los extranjeros, los menos cualificados, los contratados a tiempo parcial, los temporales y quienes cuentan con una menor antigüedad en la empresa.
Mejorar las políticas activas
Además, la cobertura del SMI es mayor en las empresas del sector servicios, en las de menor tamaño, en las no exportadoras y en aquellas donde las relaciones laborales no se regulan por un convenio colectivo. Y todos estos trabajadores verán cómo se reduce su nivel de empleabilidad con la subida del 8%.
Por eso y para mitigar las repercusiones negativas de esta medida, BBVA cree que sería deseable que el incremento se acompañara de mejoras en la eficiencia de las políticas activas de empleo. Por ejemplo, habría que diseñar estrategias para potenciar la empleabilidad de estos colectivos , en particular, aquellos cuya cualificación dificulta alcanzar una productividad acorde al nuevo umbral.
¿Quiénes perciben el SMI?
El informe del BBVA pone de manifiesto que hay más mujeres que hombres percibiendo el SMI en estos momentos. Y que el número de perceptores va descendiendo con la edad. Por ejemplo, la La proporción de asalariados menores de 20 años que cobran una retribución menor o igual al SMI multiplica por diez a la de quienes tienen entre 50 y 59 años.
Por otro lado, la remuneración va aumentando con el nivel de estudios y la antigüedad en la empresa. Y solo el 0,4% de quienes ostentan un cargo de responsabilidad o realizan labores de supervisión obtienen un salario inferior al mínimo. La tasa también es mayor entre los trabajadores empleados a tiempo parcial y con contrato temporal.
El 75% de los perceptores del SMI tiene entre 20 y 49 años
A partir de estas ideas, BBVA concluye que dos terceras partes de los actuales perceptores del son mujeres y que el 75% tiene entre 20 y 49 años. Nueve de cada diez son españoles y la mitad son trabajadores de los servicios de restauración y comercio, del mundo de la salud o conductores y operadores de maquinaria.
El 90% no cuenta con estudios universitarios, más de la mitad tiene una antigüedad en la empresa inferior a dos años, el 95% no cuenta con ningún cargo de responsabilidad, tres cuartas partes trabajan a tiempo parcial y más de la mitad tiene un contrato indefinido. Uno de cada cuatro trabaja en las comunidades autónomas del este y el 70% trabaja en empresas de menos de 50 empleados.