La amenaza de una escalada proteccionista representa un riesgo destacado para el crecimiento de la economía, según los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), preocupados también por las implicaciones que esta situación pueda llegar a tener en las economías emergentes y la depreciación de sus monedas.
Según las actas de la última reunión del máximo órgano de gobierno del BCE, celebrada el pasado 26 de julio, los banqueros centrales de la zona euro coincidieron en que la economía mundial seguirá creciendo, aunque a un ritmo más débil que hasta ahora.
En este sentido, el Consejo de Gobierno del BCE destacó en particular "la amenaza del proteccionismo y de una escalada de las tensiones comerciales", apuntando que estas pueden desencadenar un mayor deterioro de la confianza en la economía más allá del impacto directamente vinculado a la imposición de aranceles.
Asimismo, los banqueros centrales expresaron su preocupación por la implicación que estos acontecimientos pueden llegar a tener para las economías emergentes y la reciente depreciación de sus respectivas monedas.
Por otro lado, los consejeros del BCE expresaron su satisfacción porque los mercados financieros parecen haber interpretado bien las decisiones de política monetaria anunciadas por la institución en su reunión del pasado mes de junio, cuando el banco central informó de su intención de reducir el importe de sus compras mensuales de activos a partir del próximo mes de octubre, hasta 15.000 millones de euros, y de poner fin al programa de compras al finalizar 2018.
Los consejeros del BCE consideraron "esencial" mantener un grado suficiente de flexibilidad en su política monetaria
"Desde la reunión de junio, las condiciones financieras se habían mantenido estables en general y las condiciones de crédito para empresas y hogares siguieron siendo muy favorables", recogen las actas de la reunión.
"Esencial" un grado suficiente de flexibilidad
No obstante, los consejeros del BCE consideraron "esencial" mantener un grado suficiente de flexibilidad en su política monetaria, así como señalar la dependencia de esta de la evolución de los datos macroeconómicos.
"Todavía se consideró necesario un significativo impulso por parte de la política monetaria para apoyar la creación de presiones de precios a nivel doméstico y la inflación en el medio plazo", refleja el documento de la reunión.