El presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), Andrea Enria, da un golpe en la mesa y cierra la puerta a la banca con la que Bruselas pretendía reducir las exigencias de capital hasta un 25% sólo porque las entidades migraran hacia un mix de financiación más verde.
El técnico del Banco Central Europeo (BCE) ha dejado claro que las exigencias de capital deben ser proporcionales al riesgo que asumen, sin tener en cuenta otros objetivos. “El mandato que tenemos es hacer que los bancos sean más seguros y más sólidos”, explicó Enria según recoge PwC en el informe 'Unión Bancaria, ¿un negocio sostenible?'.
La Comisión Europea está explorando una propuesta para reducir los requerimientos de capital a los bancos que concedan créditos con criterios medioambientales, es decir, que financien proyectos como viviendas con eficiencia energética, sistemas de transporte sin emisiones y otras inversiones verdes.
El plan, que anda todavía lejos de ser concretado, podría incluir una rebaja en las exigencias de capital asociadas a los riesgos de este tipo de préstamos de alrededor del 25%, tal y como se hizo en la crisis de 2008 con la financiación a las pymes, o bien establecer una penalización para los créditos no verdes, explica el informe.
La propuesta está en línea con la intención de la nueva Comisión Europea, que tomó posesión en diciembre de 2019, de dar prioridad a las reducciones de emisiones de CO2 a la atmósfera, como parte de un programa global (el denominado Acuerdo Verde Europeo) que también incluye medidas para incrementar la financiación, proteger el medioambiente y aumentar la eficiencia de los recursos.
Sea como fuere, en España ya se está tomando muy en serio este tipo de iniciativas, sobre todo por parte de las grandes entidades (Santander y BBVA) que ya han hecho inversiones superiores a los 15.000 millones y 30.000 millones, respectivamente, según han comunicado los propios bancos.
Además, según el informe de PwC, España estaría por encima de Estados Unidos en cuanto a emisiones verdes este año. En concreto, nuestro país ha emitido el 23,6% del total, frente al 16% del país americano. Cabe destacar que BBVA lidera en España, duplicando la cuota del resto de entidades.
Penalizar, mejor
No obstante, de lo que sí es partidario el BCE es de poner coto a la mala praxis de la banca y por eso apuesta por incluir criterios de gobernanza en los test de estrés de la EBA (Autoridad Bancaria Europea) e incluso llegar a penalizar a las entidades que incumplan con los criterios éticos planteados.
Luis de Guindos, este verano, indicó la voluntad de introducir por parte del Regulador en los ejercicios de test de estrés de la EBA los riesgos medioambientales. En ese momento sólo habló de criterios de ese tipo, pero fuentes consultadas aseguran que el supervisor se plantea incluir también requisitos ESG, es decir, añadir también los problemas sociales y de gobernanza que pudieran tener las entidades analizadas.
Aunque hasta la fecha no se haya puesto encima de la mesa cómo podrían repercutir escándalos como el de Villarejo a los requerimientos de capital de la banca, dicha medida ya se estudia en el BCE y en la EBA. Aunque no llegará para los test de estrés de 2020, sí sería posible para los de 2021.
No obstante, en la metodología publicada recientemente (7 noviembre 2019) no se incluye ninguna mención específica a la inclusión de los riesgos ESG. Indirectamente podrían tener cabida dentro de riesgo de conducta en el ámbito de riesgo reputacional, pero no existe a priori un mandato explícito para que las entidades lo incorporen en el ejercicio de la EBA 2020.