La fusión entre Unicaja y Banco CEISS, la ficha bancaria de Caja España-Duero, sigue caminando por el camino de las intenciones. Sin embargo, a día de hoy, la posible integración sigue pendiente de la principal condición impuesta por Braulio Medel, presidente de la caja malagueña, para llevar a cabo la operación: lograr 1.250 millones de nuevo capital proveniente del canje de las antiguas preferentes de la caja castellanoleonesa. Hasta el Banco de España reconoce ya que no se puede garantizar el éxito del proceso si no se lleva a buen término la última gran exigencia del banquero sevillano, como ha venido informando este medio desde el pasado mayo.
El supervisor reconoce en el documento, que cifra en 61.366 millones el dinero en capital inyectado a la banca desde 2009, una cifra de muy difícil recuperación para el contribuyente, que el proceso de adquisición de Banco CEISS, iniciado por Unicaja en julio pasado, "está sujeto a la obtención de las autorizaciones regulatorias necesarias y a que la oferta sea aceptada por el 75% de las accionistas actuales de CEISS y de los tenedores de bonos necesaria y contingentemente convertibles en acciones emitidos por Banco CEISS, en el marco del ejercicio de gestión de híbridos".
Esta cifra de 1.250 millones, que convertiría a los minoritarios de CEISS en dueños del 26% de la entidad fusionada, es irrenunciable para el banquero sevillano.
Unicaja, además, está pendiente del resultado de la valoraciones económicas de CEISS por parte de los auditores, cuya conclusión se conocerá después del verano. A lo largo de este mes de julio, Medel continúa negociando con el FROB y el Banco de España la cobertura solicitada por la entidad malagueña para cubrirse por una baja demanda de canje de preferentes.
El banquero sevillano ha solicitado una protección de 200 millones para este fin y no para cubrir posibles fallos judiciales favorables a los tenedores de preferentes, como se había venido barajando en las últimas semanas. A tenor de la declaración de intenciones de varias asociaciones de afectados por los productos híbridos de CEISS, Unicaja tendrá que tirar de esa bolsa de protección en el caso de que finalmente sea aceptada por las autoridades. Los representantes de estos minoritarios ya han declarado que no aceptan los productos expuestos por Unicaja como compensación por sus acciones ilíquidas de CEISS y que llevarán sus reclamaciones hasta los tribunales.
Al menos, el 75% de los accionistas actuales de CEISS y de los dueños de híbridos deben canjear sus productos por acciones de Unicaja para que se lleve a efecto la operación, como reconoce un documento del Banco de España
Además, los tenedores de las antiguas preferentes y deuda subordinada de CEISS desconocen aún la ecuación de canje de sus antiguos híbridos, ya reconvertidos en acciones de CEISS, por los nuevos títulos de Unicaja. La entidad malagueña no concretó este dato fundamental cuando aprobó, en julio pasado, iniciar los trámites necesarios para la realización de una oferta de adquisición de la entidad castellanoleonesa.
La nota del supervisor confirma que todo este proceso debe finalizar este próximo noviembre. Precisamente, esta fecha ha sido impuesta por el propio Medel, como adelantó Vozpópuli el pasado 23 de julio. El banquero sevillano comunicó a sus consejeros, en la reunión del Consejo del 15 de julio pasado, que la operación se retrasaba hasta noviembre. De esta manera, la operación puede cerrarse o romperse definitivamente casi tres años después de anunciarse.
Antes del verano, Economía permitió a Unicaja quedar cubierto por los vicios ocultos de su ladrillo que aún mantenía CEISS. Medel exigió, y así se le fue concedido, alrededor de 300 millones para cubrir la diferencia que puede surgir en la valoración final de los 3.100 millones en activos inmobiliarios transferidos por CEISS a la Sareb. En este caso, el acuerdo entre las partes está prácticamente cerrado. Los primeros 40 millones del hipotético desvío los asumirá Unicaja, y de ahí y hasta 240, el FROB.