Se calienta la posible venta de Novo Banco. El fondo Lone Star, propietario mayoritario del banco portugués, planea sacarlo a Bolsa en 2025, pero antes sondeará a los bancos españoles para detectar su apetito por comprarlo, entre los que parte como favorito CaixaBank, según distintas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. El Santander ha amagado recientemente con lanzarse a la operación, pero el banco tiene poco interés y margen para crecer con compras.
Entre CaixaBank y Lone Star ya hubo contactos informales meses atrás, pero las elevadas pretensiones de Lone Star provocaron que la entidad catalana decidiera no dar un paso al frente. La operación, no obstante, sigue teniendo “el mejor encaje estratégico” para CaixaBank, según las fuentes consultadas, que se convertiría en uno de los grandes bancos de Portugal si se hace con Novo Banco.
Sumaría cerca de 90.000 millones en activos y contaría con una cuota de mercado cercana al 20%, por encima del Banco Comercial Portugués (BC), uno de los más grandes del país luso. Este salto considerable en Portugal es lo que levanta recelos entre las autoridades portuguesas, que no están por la labor de que la banca española crezca en su país a costa de aprovechar la debilidad del sector patrio.
El fondo que controla una mayoría de Novo Banco pide más de 4.000 millones, lo que echó atrás a CaixaBank y otros bancos para plantearse la operación
El 25% de Novo Banco se reparte entre el Tesoro portugués y el Fondo de Resolución del Banco de Portugal, este último financiado por las cuotas anuales de todas las entidades privadas del país. El Novo Banco nació en agosto de 2014 tras la quiebra del Banco Espírito Santo y fue recapitalizado con dinero público con 4.900 millones. Sin embargo, ha utilizado más fondos públicos para cubrir las pérdidas que emergían de los activos deteriorados y que en el último caso ascendió a más de 200 millones de euros.
El fondo Lone Star controla desde 2017 el 75% del capital y pone una horquilla de precio por el 100% de la entidad de entre 4.000 y 5.000 millones. Esta cantidad está por encima de las expectativas de los bancos españoles, sobre todo por el techo en los ingresos ante las rebajas de tipos en Europa. Hace apenas un año, los propietarios de Novo Banco aspiraban a ingresar la mitad, unos 2.000 millones, según fuentes próximas al banco portugués.
Sin hacer ruido
Los recelos de las autoridades de Portugal es lo que motiva que el equipo directivo de CaixaBank marque distancias ante la posible operación, como indican distintas fuentes financieras. De hecho, Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, descartó durante la presentación del plan estratégico hasta 2027 cualquier tipo de operación corporativa y abogó por que BPI, que controla desde haces seis años, crezca de forma orgánica en Portugal.
“La realidad es que en los mercados maduros es muy difícil crecer orgánicamente. Es una cuestión de oportunidades y de precio. Estamos aquí para analizar todas las oportunidades”, afirmó, por su parte, Pedro Castro, consejero delegado de Santander Portugal y responsable de Europa en el grupo, en un foro financiero en Portugal.
La línea roja del Santander
Aunque en el Santander se pone como límite para lanzarse a comprar bancos en Europa la rentabilidad del 23% que obtienen al invertir capital en los mercados en los que opera. El equipo directivo de Boadilla tiene claro que será muy difícil que una operación corporativa compense los números y, de momento, no se inquieta ante el movimiento de sus rivales, como UniCredit, que intenta el asalto al alemán Commerzbank.
Esta línea roja se puede sobrepasar además por el riesgo de ejecución de cualquier operación corporativa, que puede elevar la factura de costes, y de pérdida de negocio por centrar los equipos en la integración. En el sector se considera que la puerta abierta que deja la filial del Santander a comprar Novo Banco supone “meter presión” a CaixaBank para empujarle a hacer un movimiento y, si finalmente decide retirarse, aprovecharlo para plantearse una operación más barata.
Riesgo de valer menos en Bolsa
Sin ir más lejos, como coinciden distintas fuentes de la banca de inversión, el Santander no tendría capacidad para comprar Novo Banco por más de 4.000 millones sin hacer una ampliación de capital. En este caso, CaixaBank parte con una posición de solvencia más fuerte, aunque trataría de acercar al máximo el precio de una venta a los 2.000 millones que inicialmente sondeó Lone Star.
El plan A oficial de los propietarios de Novo Banco es la salida a Bolsa. Antes de activar el botón del salto al parqué exprimirán al máximo las posibilidades de venta, como indican fuentes conocedoras. De hecho, los interesados se pueden beneficiar de que la cotización refleje un valor menor a las aspiraciones de más de 4.000 millones, sobre todo si el Banco Central Europeo (BCE) acelera las rebajas del precio del dinero ante la debilidad económica de la zona euro.