Los expertos en Bolsa aseguran que los mercados están cada vez más globalizados, de forma que las circunstancias propias de cada territorio tienen menos importancia en favor de datos y acontecimientos de relevancia mundial. Sin embargo, las tribulaciones en torno a la independencia de Cataluña han marcado una notable excepción. Si ha habido un elemento catalizador para el Ibex-35 en las dos últimas sesiones, ése ha sido Carles Puigdemont, hasta este viernes presidente de la Generalitat.
Contra la tendencia generalizada, los inversores que operan en la Bolsa española han bailado al son que ha marcado el jefe de un Gobierno autonómico. El Ibex-35, principal indicador del mercado, protagonizó fuertes subidas y notables descensos en cuestión de minutos en las sesiones del jueves y el viernes, según llegaban las noticias desde Cataluña. Una circunstancia que se ha traducido en una fuga de algo más de 10.000 millones de euros.
La jornada del jueves terminó con notables subidas para el Ibex-35 pero fue especialmente volátil. Aunque el indicador cerró con alzas cercanas al 2%, éstas llegaron a rozar el 3% cerca de la mitad de la sesión, cuando las informaciones procedentes de Cataluña hablaban de que Puidemont estaba valorando la posibilidad de anunciar la convocatoria de elecciones autonómicas, con el fin de evitar la aplicación del artículo 155 de la Constitución por parte del Gobierno central.
Sin embargo, la alegría en los mercados, ante una circunstancia que reduciría la tensión y la incertidumbre en torno al futuro de la comunidad autónoma, duró poco. En apenas hora y media, el tono de las noticias cambió de forma radical. El presidente de la Generalitat, que ya había desechado la posibilidad de acudir al pleno del Senado para explicar su posición, abandonaba la idea de una convocatoria electoral y dejaba en manos del Parlamento autonómico una posible declaración unilateral de independencia.
En apenas una hora, algo más de 5.500 millones de euros huían de la Bolsa española y el avance logrado al cierre dejaba un regusto amargo en el mercado. El día siguiente no iba a ser fácil, como quedó de manifiesto desde la apertura de la jornada, con un mercado español en números rojos y a contracorriente del resto de las principales plazas europeas, que disfrutaban de una jornada mucho más tranquila y con moderados avances.
La finalización del pleno del Parlamento catalán y la posterior declaración unilateral de independencia ahondó los descensos que ya estaba mostrando el Ibex-35 desde primera hora. Apenas 50 minutos malditos en los que se esfumaron más de 4.500 millones de euros de la Bolsa española.
La permanencia de la volatilidad está asegurada para las próximas sesiones. Sin ir más lejos, el próximo lunes la Bolsa descontará las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que van desde la destitución en pleno del Ejecutivo autonómico hasta la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones, y que se conocieron cuando los mercados estaban ya cerrados.