Catalana d'Iniciatives es un vehículo inversor, registrado en los años 80 e impulsado por la Generalitat, a través del Institut Català de Finances y también el Ayuntamiento de Barcelona. Este vehículo tuvo su momento de gloria a principios de la pasada década, con su conversión en sociedad de capital riesgo y la entrada de accionistas de relumbrón: La Caixa y su entramado de participadas (Telefónica, Repsol, Gas Natural…), Banco Sabadell, Fiatc, Planeta, Agroaliment, la CAM…
Todas fueron llamadas a rebato por el tripartit de José Montilla, feliz de crear un enorme vehículo inversor público-privado, y les tocó poner dinero en función de sus deseos y capacidades. Los importes medios estuvieron comprendidos entre los 5 y los 10 millones de euros. Estas empresas aportaron sin protestar, pero con la boca pequeña han reconocido que se trata de uno de esos peajes políticos que de vez en cuando toca pagar.
Desastre total
La sociedad ha realizado en estos años alrededor de 30 operaciones desde entonces, algunas incluso con cierto éxito, pero el sueño de la Generalitat de crear una aerolínea ‘nacional’ con Spanair la ha destrozado. La aerolínea, presidida por el ex vicepresidente del Barça, Ferrán Soriano, (actual alto ejecutivo del Manchester City, famoso en la firma aérea sobre todo por el escándalo generado por su sueldo inicial, de 600.000 euros al año) quebró, generando un agujero de más de 500 millones de euros.
Catalana d'Iniciatives tenía un 10% de la compañía. Un bocado demasiado grande para un sueño seguramente delirante. Fuentes de los accionistas, al menos, coinciden en señalar que “el punto de no retorno para Catalana ha sido Spanair. La posición tomada generaba un agujero mayor que el tamaño del propio fondo, así que ahora está en un proceso de cierre ordenado y progresivo de las participaciones que quedan, para ser liquidado. Nosotros obtendremos alrededor del 70% de lo desembolsado sumando algún que otro dividendo, cosa que ya hemos provisionado hace tiempo”.
Desde la propia firma contestaron a Vozpópuli señalando que “en la actualidad, Catalana d’Iniciatives se encuentra en un periodo de desinversión, lo cual ha motivado que la compañía solicite a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) renunciar a la condición de entidad de capital riesgo, debido a que la sofisticación de la gestión que representa mantenerse en éste régimen, actualmente resulta innecesaria.
Dicha renuncia implica que Catalana d'Iniciatives continúa siendo una Sociedad Anónima, pero deja de tener el carácter de sociedad de capital riesgo”.
Fuertes pérdidas
El fondo arroja pérdidas de más de 50 millones de euros en los últimos tres ejercicios (20 en la última memoria presentada). Como curiosidad, una pintoresca inversión en ‘Bioenergética extermeña’.
Los fondos de capital riesgo autonómicos han probado ser unos instrumentos muy controvertidos, como casi todo lo que se maneja con criterios políticos. Todavía está reciente el caso de Invercaria y sus irregularidades cometidas. Aunque Catalana no tiene causas con la Justicia, está claro que estos instrumentos de naturaleza inevitablemente politizada acaban generando conflicto.
Ahora, estos productos no tendrían apoyo privado, aunque en su día causaron furor. De hecho, se pretendió lanzar otro proyecto similar, constituyendo otro fondo parecido, gestionado por Gaesco, para invertir en el arco mediterráneo. Pero no llegó a buen puerto.
Tal vez la marca continúe, pero no será ya un brillante instrumento financiero público-privado con capacidad de llegar a la pequeña y mediana empresa. Será otra cosa muy distinta.