El Consejo General de Economistas (CGE) sitúa a Cataluña entre las comunidades con mayor caída de competitividad en 2020. Para ofrecer una fotografía de la situación de las diferentes CCAA, los expertos analizan el entorno económico, el mercado de trabajo, el capital humano, el entorno institucional, las infraestructuras básicas, la eficiencia empresarial y la innovación.
El informe de competitividad regional de España pone de manifiesto el dispar comportamiento por comunidades y ejes, condicionados por el impacto asimétrico de la crisis y por la histórica caída del PIB en 2020 que, de forma directa o indirecta, incide en numerosos indicadores y no siempre en la misma dirección.
“Hay 10 comunidades que muestran una caída, cuatro que crecen y tres que apenas sufren variaciones respecto al resultado de 2019”, ha explicado José Carlos Sánchez de la Vega, director técnico del informe, quien ha apuntado que, en general, “España se ha vuelto algo menos atractiva en 2020”.
En términos generales, se observa un “fuerte descenso” en Baleares y Canarias y un “descenso” en Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana, Comunidad Foral de Navarra y La Rioja. Sin embargo, los economistas apuntan que las tres regiones con un mayor número de ejes en los que se detecta un “fuerte descenso” son Canarias, Islas Baleares y, también, Cataluña.
En el caso concreto de esta última comunidad, la pandemia ha provocado fuertes descensos en los indicadores más ligados a la economía y el empleo, como son el “entorno económico”, el “mercado de trabajo”, el “capital humano” y la “eficiencia empresarial”. Solo la tasa de ahorro y la temporalidad mejoran dentro de estos indicadores, pero los expertos detallan que esto ha ocurrido en todas las CCAA.
Cataluña soporta la mayor presión fiscal, con una media de tipos más altos en todos los impuestos.
En lo relativo al marco institucional, donde se sitúa el esfuerzo fiscal, cabe destacar que Cataluña es la comunidad con una media de tipos más altos en todos los impuestos y la que más tributos propios tiene, un total de 19. A esto se suma que en 2020, la Generalitat realizó una subida de Sucesiones y Donaciones y del IRPF. Y creó un nuevo impuesto sobre el medio ambiente.
Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco lideran el ranking. Pese a la caída registrada, catalogada como “fuerte” en cuatro ejes, Cataluña se sitúa por encima de la media y se mantiene en la cuarta posición en términos de competitividad. Finalmente, en los dos últimos escalones estarían Extremadura y Andalucía.
La competitividad cae un 2,3%
La evolución de la competitividad estructural ha sido negativa en un -2,3%. Los ejes más afectados son el entorno institucional o el de eficiencia empresarial (variaciones de productividad, costes laborales unitarios o flujo de empresas). Elementos como el cierre de la actividad que se ha producido en distintos momentos no están directamente contemplados salvo su efecto en el PIB.
“Pretendemos medir la capacidad de atraer capital, conocimiento o mano de obra de los entornos, que viene determinada por muy diversos factores como las infraestructuras, empleo, delitos, etc.”, ha explicado el director técnico del informe.
No obstante, Sánchez de la Vega ha incidido en que las variaciones deben tomarse con cautela por el desplome histórico del PIB y porque no existen datos oficiales de la contabilidad regional de España, que se publicarán el 17 de diciembre.
En cualquier caso, la caída de la productividad es más moderada que la del Producto Interior Bruto, para el que el Instituto Nacional de Estadística (INE) estima una caída del 10,8%. Esta brecha con la caída del PIB viene determinada por el concepto que se utiliza de competitividad global, en los que influyen indicadores estables en el tiempo que no se han visto tan fuertemente afectados por la pandemia.
