La agencia de mediación de riesgos Fitch cree que el resultado de la consulta alternativa del 9N “exacerba las tensiones independentistas” y considera que esta votación puede provocar que se mantenga la situación de estancamiento e incertidumbre precedente, lo que conllevaría la salida de depósitos a corto plazo, algo que afectaría especialmente a los bancos catalanes.
Además, Fitch explica en una nota que también aumentaría el costo de la financiación y a que las empresas redujeran sus inversiones en bienes de capital en Cataluña.
Según expresa la agencia, las previsiones de la Generalitat para celebrar un referéndum se encontrarán con la “feroz oposición” del Gobierno central, por lo que tanto el desarrollo futuro del proceso como sus resultados son “impredecibles”.
Según Fitch, lo más probable es que el Gobierno central y la Generalitat inicien negociaciones sobre transferencias de competencias
Casi un 90% de los votos recogidos se mostraron favorables a la existencia de un estado catalán, y un 80% de ellos, partidarios de la independencia, dice Fitch, que advierte de que el hecho de que la consulta no fuera vinculante redujo la participación a aproximadamente un 40 % de los potenciales votantes.
En elecciones generales, señala Fitch, la participación alcanza aproximadamente un 70%, y en el referéndum por la independencia de Escocia, señala la nota, votó un 85% del electorado.
Según Fitch, lo más probable es que el Gobierno central y la Generalitat inicien negociaciones sobre transferencias de competencias, tal y como ya ha ocurrido en otras comunidades autónomas, como el País Vasco y Navarra.
Por lo que respecta al impacto de la consulta en el riesgo soberano español, señala Fitch que será "ligeramente positivo" pues a corto plazo se ha apaciguado un frente que el gobierno tenía abierto, siempre y cuando las negociaciones no pongan en peligro la estrategia de consolidación fiscal del Gobierno español.
Cabe esperar un aumento de los ingresos fiscales en Cataluña, contribuyente neto, algo que redundaría en una mejora o al menos una estabilización de su perfil crediticio.
Menos probable, aunque no imposible, es la plena independencia de Cataluña, que tendría consecuencias negativas para la calificación de la deuda soberana española, incluso si la "ruptura" se produjera de manera ordenada.
Si el proceso no se ejecutara de esta "manera ordenada", advierte Fitch, y Cataluña se independizara de España y saliera de la Unión Europea, el impacto sería aún mayor.