El proceso de venta de Electricaribe, filial colombiana de Naturgy, por parte del Gobierno local volverá a partir de cero. El escaso interés que ha despertado la colocación del activo ha hecho que el Ejecutivo que lidera Iván Duque haya decidido plantear la operación desde el principio e introducir una serie de elementos novedosos que la hagan más atractiva pero que también harán que el proceso se retrase al menos durante un año más.
Como informó Vozpópuli, tan sólo el grupo italiano Enel, accionista mayoritario de Endesa, presentó en su día una propuesta para ser el nuevo dueño de Electricaribe, intervenida por el Gobierno colombiano desde finales de 2016 debido a su complicada situación financiera y en proceso de liquidación desde hace más de un año y medio. El escenario no convenció a los diputados representantes de la región del Caribe, a la que da servicio la todavía filial de Naturgy, que esperaban más ofertas por el activo y que incluso temían que la compa por parte de Enel se encontrara con obstáculos desde el punto de vista de las autoridades de competencia.
La venta de Electricaribe fue diseñada por el Gobierno de Juan Manuel Santos, que también fue el encargado de intervenir de la compañía y decidir su liquidación tras una larga negociación con Naturgy que acabó en el inicio de un proceso por parte de la empresa española ante el tribunal de arbitraje de Naciones Unidas (Uncitral). Tras tomar posesión de su cargo como presidente, a comienzos de agosto, Duque decidió seguir adelante con la operación heredada del anterior Ejecutivo, aunque tras el primer revés ha optado por diseñar la suya propia.
De esta forma, el Gobierno procederá en primer lugar a asumir la deuda con acreedores que presentaba Electricaribe antes de su intervención, que asciende aproximadamente a unos 500 millones de euros al cambio. De esta forma, aquel grupo que se haga finalmente con el control de la distribuidora eléctrica no tendrá que pensar en la reestructuración financiera de la misma, una circunstancia que ahuyentó especialmente a inversores locales.
Posible escisión
El Gobierno de Duque también se plantea que la región del Caribe cuente con dos operadores diferentes, una circunstancia que llevaba tiempo siendo reclamada por algunos de los disputados que representan a la región en el Parlamento. El Ejecutivo está dispuesto a complacerles pese a que la medida va en dirección contraria a las recomendaciones para el proceso realizadas por la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), entidad pública que asesoró al anterior Gobierno en este proceso.
Sin embargo, el problema de fondo es que el Ejecutivo colombiano ha sido incapaz en estos dos años de control de Electricaribe de acabar con los males que afectaban a la compañía cuando estaba bajo la gestión de Naturgy. La decisión de intervenir la empresa fue su situación financiera, con pérdidas acumuladas superiores a los 1.200 millones de euros, que complicaba cada vez más su acceso a liquidez para la compra de la energía que tenía que distribuir, lo que dejaba a la región en riesgo de sufrir apagones.
El grupo español siempre achacó esta situación a las elevadas cotas de fraude y mora que se daban, una circunstancia que ha podido sufrir en sus carnes el Gobierno colombiano y que ha podido constatar de primera mano.
Compensar a Naturgy
Desde la intervención, Naturgy procedió a valorar la filial en 475 millones de euros e iniciar los trámites para el proceso de arbitraje, en el que solicita al Estado colombiano una indemnización de algo más de 1.500 millones de euros.
En principio, los planes del Gobierno pasaban por utilizar el dinero recaudado por la venta de Electricaribe en satisfacer las deudas con los acreedores y, siempre y cuando quedara algún remanente compensar a Naturgy. De ahí que el proceso de venta de la compañía sea importante para el grupo español, aunque será difícil que el desenlace, en el mejor de los casos, se conozca antes de finales de 2019.