La economía española sigue requilibrándose gracias a la pérdida de poder adquisitivo de sus trabajadores. El “abaratamiento” de los salarios y la caída de las importaciones explican el recorte del 23,3% del déficit comercial del que ayer presumió el Gobierno. Lo que el Ejecutivo ocultó es que el la bajada de sueldos está siendo anulada por las subidas de impuestos aprobadas por el propio Gobierno.
Los salarios de los trabajadores españoles han estrechado su diferencia con los alemanes por segundo año consecutivo. Las nóminas germanas suben mientras que las españolas se abaratan. De hecho, según los datos del INE, las nóminas han subido apenas un 1,3% como media, muy por debajo del nivel de vida. Con ese movimiento, España parece fiar su recuperación a las exportaciones.
Sin embargo, esas exportaciones vienen lastradas por la nueva fiscalidad aprobada por el Ejecutivo.
El lastre de la fiscalidad por sectores
El sector más afectado por la pérdida de competitividad derivada de la nueva fiscalidad es el de las farmacéuticas: no sólo han caído las subvenciones al I+D+i sino que el copago y la subida del IVA han provocado que los medicamentos aumenten un 20,7% su precio, según los datos del INE.
El copago, el IVA y la caída de inversión en I+D disparan el precio de los medicamentos un 20,7% en el último año
La subida de la luz aprobada por Industria y la nueva fiscalidad del IVA explican también un golpe a la industria más volcada en atraer clientes extranjeros: la de la hostelería y el turismo. Según los datos del Ejecutivo, luz, agua y calefacción se han encarecido un 13,4% en los últimos doce meses, algo que hace menos competitiva a nuestra industria turística a la que el ministerio otorgó una moratoria de dos meses para aplicar la subida fiscal.
De igual modo, esa subida de impuestos a la energía y los carburantes sumados a las nuevas tasas municipales a las que han recurrido prácticamente todos los ayuntamientos explican que conceptos como el transporte público se hayan disparado un 9,6% en el último año.
Las subidas de impuestos son las que explican que los precios hayan crecido hasta el 3,5% en el último año, según el dato armonizado con Bruselas y que la batalla por ganar competitividad siga todavía en el aire.