Mariano Rajoy no disimula, todo lo contrario, su satisfacción con el actual equipo económico, pese a que conoce a la perfección las enormes diferencias de criterio que median entre Luis de Guindos y otros ministros, entre ellos Cristóbal Montoro. Los discursos del presidente han sido examinados con lupa desde que a principios de año comenzó a especularse dentro del PP y también del propio Gobierno con la posibilidad de que Rajoy recurriera a su primer baile ministerial este verano. Y buena parte de los ministros y dirigentes del partido observaron en ellos continuas loas a la buena gestión que ha hecho el ministro de Hacienda en asuntos de tanta envergadura como la reducción del déficit, la ayuda financiera a las comunidades o el pago a proveedores, en contraste con los sonoros silencios hacia la tarea desarrollada por Luis de Guindos.
El presidente ha acentuado en el Congreso la habilidad con la que el Gobierno ha negociado en Bruselas la ampliación del calendario previsto para reducir el déficit
Este miércoles, sin embargo, en el Gobierno y en el PP se ha observado un discurso del presidente mucho más equilibrado que otros, con un reparto mucho más proporcionado de las medallas. Fuentes gubernamentales destacan, sobre todo, la forma en que Rajoy subrayó la habilidad con la que se ha negociado en Bruselas la ampliación de los plazos para dejar el déficit en el 3% del PIB, logro que evitará este año un ajuste añadido, entre gastos e ingresos, cercano a los 19.000 millones de euros. Este mérito recae, sobre todo, en el ministro de Economía, del que el titular de Exteriores, José Manuel García Margallo, suele acentuar lo bien que ha aprendido a moverse en las esferas comunitarias. Encarar este año una reducción del déficit hasta el 4,5% del PIB, en lugar del 6,3% finalmente pactado con la Comisión Europea, “hubiera sido insoportable”, llegó a confesar ayer Rajoy desde la tribuna.
El ministro de Exteriores suele acentuar lo bien que ha aprendido a moverse Luis de Guindos en las esferas comunitarias
El presidente puso también en valor las medidas adoptadas para ajustar 22.000 millones de euros en 2012, la reducción de la prima de riesgo, desde los 638 puntos de hace nueve meses hasta el entorno de los 280 de ahora, el vuelco tan radical registrado en la deuda externa y la reforma del sistema financiero –“A punto estuvo de tumbarnos en la lona…”–, señales de que España “está levantando cabeza”, de que ha recuperado la confianza de los inversores, y cuyo mérito cabe atribuir tanto al equipo de Hacienda como al de Economía, señalan fuentes del PP.
La actitud salomónica que este miércoles ha exhibido Rajoy en el Congreso en los elogios a su equipo económico ha sido interpretada en el Gobierno y en las filas de su grupo parlamentario como una señal bastante evidente de que el presidente no tiene en su cabeza promover un baile ministerial antes del verano y que dará largas, por tanto, a la remodelación del Gabinete, como mínimo hasta que se produzcan señales claras de recuperación económica. Esto no ocurrirá, aseguran fuentes del PP, hasta que no comience de verdad la creación de empleo, horizonte que puede dilatarse hasta la confección de las listas electorales que viajarán a mediados del año que viene al Parlamento europeo.
En el PP se sospecha que Rajoy no cambiará el Gobierno hasta que no lleguen las primeras señales claras de recuperación económica y se cree empleo
A esta intuición sobre los calendarios que pueden rondar por la cabeza del presidente se suma el hecho de que el propio Rajoy redujo ayer el perímetro de los posibles acuerdos con el PSOE a unas pocas áreas que necesitarán también en los próximos meses de un concurso decidido por parte del actual equipo económico. En la reforma de las pensiones, desafío de envergadura en el que el Gobierno se arriesga a dejarse muchos pelos en la gatera, en la de las administraciones públicas y en el proyecto de ley de Unidad de Mercado, próximo a entrar en el Congreso, están trabajando Empleo, Hacienda y Economía, circunstancia que, sumada a la reforma energética que prepara el ministro José Manuel Soria para el mes que viene, hace improbable cambios en el núcleo duro del Gabinete, opinan en el PP, sobre todo cuando acaba de llegar a Bruselas el plan de reformas y el nuevo programa de estabilidad, paquetes que comprometen a un desarrollo continuado y estable de una política económica en la que el Rajoy descartó ayer cualquier tipo de “atajos, bandazos o vacilaciones”.