El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acaba de defender en el Congreso de los Diputados la política migratoria que el Ejecutivo ha desarrollado durante los últimos años y ha anunciado medidas en este ámbito, que ve estrechamente vinculado al reto demográfico y al crecimiento económico.
Sánchez aseguró durante su intervención en el Pleno de la Cámara Baja en el que se abordó el problema de la inmigración que “acoger al que viene de fuera buscando una vida mejor no es solo un deber al que nos obliga el derecho internacional, sino también un paso esencial para garantizar la prosperidad y la sostenibilidad de nuestro estado del bienestar”.
Que la economía española necesita a los inmigrantes es algo que quedó claro hace ya muchos años. Otra cosa muy diferente es que se haya convertido en la mayor preocupación de los españoles según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que revela que es la respuesta más repetida cuando se pregunta a los ciudadanos por los principales problemas del país.
A 1 de julio de este año, España tenía una población de 48.797.875 personas, la cifra más alta de la serie histórica. Según señala el Instituto Nacional de Estadística, el crecimiento poblacional de España (67.367 habitantes en el segundo trimestre) “se debió al incremento de personas nacidas en el extranjero, mientras que el número de personas nacidas en España disminuyó”.
El número de personas con nacionalidad española asciende a 42,165 millones y el de personas de nacionalidad extranjera, a 6,632 millones, el 13,59% del total. Si se toma como referencia el país de nacimiento, hay 39,761 millones de ciudadanos nacidos en España y 9,036 millones, nacidos fuera, el 20,36% del total. La diferencia radica en los procesos de adquisición de nacionalidad.
De acuerdo con la última Encuesta de Población Activa, de los 21,684 millones de ocupados en el segundo trimestre de este año, 3,225 millones son extranjeros, lo que equivale a hablar del 14,87% del total. La población extranjera de 16 años y más, asciende a 5,586 millones, el 13,46% del total, y los activos ascienden a 3,878 millones, el 15,86%.
Hay una notable diferencia entre ambas poblaciones: la tasa de actividad de los extranjeros es del 69,43%, doce puntos por encima de la media de los españoles (57,26%). La tasa de actividad es definida por el Instituto Nacional de Estadística como el cociente entre el total de activos y la población de 16 y más años. La diferencia se debe, fundamentalmente, a la diferente estructura por edades de las dos poblaciones.
En qué actividades trabajan los extranjeros
Los datos de afiliación a la Seguridad Social referidos al régimen general y al régimen especial de trabajadores autónomos, los más numerosos, muestran que el mayor número de trabajadores extranjeros se concentra en el sector de la hostelería: 554.224 de un total de 2,5 millones dados de alta en estos dos regímenes. Son el 28,21% de todos los ocupados en ese sector y el 22,14% de los trabajadores extranjeros ocupados en nuestro país. Los españoles que trabajan en hostelería son 1,4 millones y suponen apenas el 8% de todos los ocupados.
En los últimos meses, se ha podido apreciar que en las grandes ciudades y en las zonas más turísticas del litoral y del interior el personal de servicio de bares, cafeterías y establecimientos de comida rápida era, en su práctica totalidad, de procedencia extranjera, aunque hay miles de trabajadores que están parados y que en su inscripción en el SEPE, su última actividad laboral demostrada fue la de camarero.
El segundo sector en importancia para los extranjeros es el comercio al por mayor, al por menor y reparación de vehículos de motor y motocicletas, tal y como está dividida la actividad laboral en secciones. En este sector, el que mayor número de personas concentra trabajando en nuestro país, con cerca de 3,4 millones de ocupados, hay 409.282 extranjeros, el 12,1% de todos los trabajadores.
En estas dos ocupaciones, hostelería y comercio, había trabajando en el mes de agosto 963.506 extranjeros, el 38,5% de todos los ocupados foráneos. Estos sectores en su conjunto absorben el trabajo de 5,35 millones de personas (españoles y extranjeros), pero representan el 26,5 de la fuerza laboral del país.
La tercera actividad con más trabajadores extranjeros es la administrativa y sus servicios auxiliares, con 274.852 ocupados, el 11% del total de ocupados nacidos fuera de España, por delante de la construcción (269.821 personas y el 10,8% del total) y la industria manufacturera, con 197.118 trabajadores extranjeros, el 8% del total.
Los sectores con menos presencia de trabajadores extranjeros son las administraciones públicas (apenas concentran al 1,6% de los trabajadores extranjeros), el suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado (3,82%), la educación (5,03%) y las actividades financieras y de seguros (5,25%).
Los porcentajes de trabajadores extranjeros en las distintas secciones de la actividad económica no ha variado prácticamente nada en el último año, aunque si se nota alguna diferencia porcentual si la comparación se realiza en relación con agosto de 2019. Entonces, el 24,37% de los extranjeros que estaban ocupados trabajaban en la hostelería; el 18%, en el comercio; el 9,7%, en la construcción, y el 10,6% en los servicios administrativos.